A la espera de que Pedro Sánchez negocie una mayoría suficiente que le permita ser investido presidente del Gobierno, los actuales ministros en funciones están a la espera de saber cuál será su destino. Se da por hecho que muchos repetirán y otros han comenzado ser confirmados oficiosamente por el entorno del jefe del Ejecutivo.
Es el caso, tal y cómo adelantó hace unos días Confidencial Digital, de la ministra de Economía, Nadia Calviño.
Tras la investidura, Sánchez quiere focalizar el debate político en las reformas y en la economía que, pese a la desaceleración, España está resistiendo mejor que otros socios europeos. El presidente cuenta precisamente con Calviño para esa misión.
Así, Nadia Calviño seguirá siendo una de las “independientes progresistas de reconocido prestigio” con las que Sánchez quiere contar en un Ejecutivo socialista en el que aspira a gobernar en solitario.
Pese a ello, en ámbitos económicos de alto nivel, a los que ha tenido acceso Confidencial Digital, ha sorprendido que la ministra de Economía no se muestre crítica con la subida del precio de las hipotecas después de que los bancos hayan asumido el pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD).
Y, por el contrario, si se haya sumado a los ataques gubernamentales a un organismo independiente como el Banco de España.
La elección de Nadia Calviño como ministra de Economía por parte de Pedro Sánchez estuvo motivada hace un año, además de por su capacidad y formación, por la buena imagen que la ex directora general de Presupuestos de la Comisión Europea tiene en Bruselas.
Pero precisamente esta situación y su anhelo por conservarla es la que le ha obligado a mantener un evidente doble discurso: el ortodoxo y mesurado que exhibe en Europa, frente al más político y, en algunos puntos, cercano al populismo que debe mostrar en España para alinearse con el Ejecutivo y con Podemos.
La búsqueda de este difícil equilibrio le ha obligado a defender una cosa la contraria o que, en cuestión de horas, otro ministro le haya corregido públicamente.
Por ello, según ha podido saber ECD, Sánchez busca intentar elevar el perfil político de Calviño de cara a la nueva legislatura y así se lo ha transmitido ya a la ministra de Economía. “El presidente quiere que Calviño se ponga la camiseta del PSOE”, explican en privado fuentes del equipo del jefe del Ejecutivo en La Moncloa.
Esto explica que Nadia Calviño sea, junto a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, las cabecillas del Gobierno para pararle los pies al Banco de España frente a los ataques continuos del supervisor a la política económica de Pedro Sánchez.
Además. Calviño está trabajando en la creación de la autoridad sancionadora para proteger a los clientes de los abusos de la banca. En el sector financiero se interpreta como la principal respuesta de la ministra de Economía para visibilizar que el Banco de España “no hace lo suficiente” para proteger a los consumidores.
Ha obviado completamente que en España ya existe un organismo “independiente” con la autoridad necesaria para proteger a los clientes de los posibles abusos de los bancos.
En efecto, el Banco de España cuenta con una oficina virtual de quejas, reclamaciones y consultas, para ofrecer esta protección a los ciudadanos frente a la banca. Además, cuenta con una oficina presencial para estos trámites en su sede, en la calle Alcalá 48 de Madrid.
