Malta anunció este domingo que permitiría el desembarco de los 65 migrantes rescatados por el barco de la organización humanitaria alemana Sea-Eye pero que después todos ellos serán reubicados en otros países de la Unión Europea. El primer ministro maltés, Joseph Muscat, explicó que su decisión se produce previo acuerdo con la Comisión Europea y Alemania: “Ninguno de los inmigrantes permanecerá en Malta, ya que este caso no estaba bajo la jurisdicción de las autoridades maltesas. Tres personas necesitan atención médica urgente y serán evacuadas de inmediato”, insistió Muscat.
Aunque la embarcación de Sea-Eye, “Alan Kurdi”, se encontraba en los límites de las aguas territoriales de Malta, que no permitía su atraque, la decisión fue tomada a raíz de las peticiones por parte de la ONG de asistencia médica urgente y un puerto seguro. Los tres migrantes a bordo bajo atención médica sufrieron desvanecimientos a causa del calor, según publicó la ONG en Twitter. “Necesitamos urgentemente asistencia médica y un puerto seguro para todos los rescatados y evitar así que su situación empeore”, había alertado Sea-Eye a través de un mensaje en la red social Twitter junto a una fotografía en la que se muestra a un joven tumbado sobre la cubierta del barco siendo atendido.
El rescate de estos 65 migrantes tuvo lugar el pasado viernes, a unas 35 millas de la costa de Libia, en aguas internacionales, y desde entonces esperaban a que se les asignara un puerto seguro, pero Italia, concretamente la pequeña isla de Lampedusa, y Malta se lo negaban.
En cuanto al otro barco, el “Alex”, que también retó ayer al ministro del Interior, Matteo Salvini, ha desembarcado sin incidentes en el puerto de Lampedusa. Las autoridades italianas permitieron esta noche la bajada a tierra de los 41 inmigrantes rescatados el jueves por la ONG Mediterránea y llevados a la isla sin permiso. La organización desoyó la política de puertos cerrados a la inmigración del ultraderechista Matteo Salvini, y llevó hasta puerto a los inmigrantes. Por este hecho, tras permitir el desembarco de las 41, personas las autoridades han procedido a confiscar la embarcación.
Salvini, enfadado por este nuevo desafío de las ONG, avanzó que no permitiría el desembarco, aunque finalmente los migrantes bajaron, tras acometer la “incautación penal preventiva” del barco y abrir una investigación contra su tripulación, según indican fuentes del Ministerio del Interior .
Mediterranea salvó con su velero “Alex” a 54 inmigrantes el jueves en aguas internacionales ante Libia y, tras la evacuación de 13 personas -mujeres embarazadas y niños-, el resto permaneció a la espera en la cubierta de esta pequeña nave, bajo un asfixiante sol. Esperó hasta que el sábado por la tarde decidió quebrantar el veto de Salvini y llegar a suelo italiano, alegando que a bordo se vivía una situación insostenible, entre otras cosas por la falta de aseos para tanta gente ya que el velero tan solo tenía capacidad para 18 personas.
Es la segunda vez que una nave humanitaria desafía la política antiinmigración de Salvini, después del caso de la ONG alemana Sea Watch, cuya nave capitaneada por Carola Rackete atracó el pasado 29 de junio sin permiso en Lampedusa tras pasar 17 días en alta mar a la espera de que se le asignase un puerto seguro.
