Hace algunos días estuve presente por primera vez en el recital de piano de mi sobrino Hugo Gabriel Bárcenas Cruz aquí en Tampico; así que llegué en punto de las 19:00 horas para escuchar lo que estuvo ensayando durante un año y medio de preparación.
Siempre que pensamos en niños solemos creer que no son capaces de hacer las cosas, no por falta de capacidad sino por temor a presionarlos más de lo debido… así que muchas veces ni siquiera les damos la oportunidad y yo agradezco a mi hermano y a mi cuñada que confiaran en mi sobrinito.
El compositor y pianista húngaro Franz Liszt alguna vez dijo que “la técnica nace del alma” y considero que es totalmente cierto.
Estoy muy orgullosa y sorprendida acerca de lo que vi esa noche en mi sobrino pues con apenas 9 años y próximo a ingresar al 4° año del Colegio Constitución Mexicana lo hizo majestuosamente.
Gracias al Lic. En música Daniel Hernández Luna quien logró un gran concierto donde participaron Isaac Daniel Sánchez Vázquez, Carmina Veyro Rivera, Renata Aguilar Malpica, Hadasa Zurisaday García Marciano, Brenda Martínez Edgar, Kamilah Victoria Aguilar Malpica, Jonathan Asaf González Borjas, Camila Lucero Silva Vallejo, Benjamín Silva Vallejo, Katia Leticia Ramírez Cano, Marco Sánchez Castellanos, María Fernanda Pérez Moreno e Iván Leobardo Sánchez Buda.
Siempre me han gustado los eventos culturales, pero considero más importantes los que se van forjando lentamente hasta convertirse en parte de nosotros y nos dejen una enseñanza de vida.
Richard Wagner decía que la música empieza allí donde termina el poder de las palabras.
¿De qué están hechas estas generaciones que nos sorprenden cada día?
¿Hasta dónde pueden llegar si continúan con prácticas y enseñanzas positivas?
No pude dejar de sonreír mientras mi sobrinito tocaba con tanta confianza “La flauta mágica” de Mozart, “El arroyo cantarín” de Michael Aaron y “Bellas las manitas” de W. Johns.
Recuerdo cuando era niña y mis padres me llevaba a un montón de clases particulares: lectura, escritura, natación, danza, volibol, declamación, canto, oratoria y hasta ballet. Es hasta ahora que alcanzo a comprender el que me hayan inculcado la responsabilidad que lleva cada una de las actividades que hacemos en la vida.
Todo sirve: somos lo que aprendemos.