La intención es muy clara: mantener como sonámbulos a los ciudadanos. “Que no tengan manera de pensar con tranquilidad, que su cabeza este repleta de fantasmas, que cuantos monstruos se pueda uno imaginar, este localizado ahí, en la mente de cada venezolano. Que no duerman, que no tengan paz, que las 24 horas continúas sean un tormento para todos. Desde luego, menos para los revolucionarios. Por eso puede faltar la Harina Pan, pero jamás la botellita de Caballito Frenado, y su franela y boina roja. Y las motos, los uniformes de las milicias y cada quién con su “carnet de La Patria”. Así eran las proclamas de Chávez a sus seguidores.
Y así ha sido en el transcurrir de estos últimos 20 años. Un carnaval de elecciones, pero con sistemas ajustados a los despropósitos autoritarios del chavismo. Un discurso populista, donde la frase predilecta tiene que encajar la palabra pueblo siempre. Cada vez cuánto sea posible hay que cortejar a los pobres, decirles, machaconamente, que “no tienen nada, ni casa, ni ropa de marca, ni prendas costosas, ni carro ni otros lujos, por culpa de esos oligarcas, esos ricachones de La Lagunita, ¡claro! también hay que dejar advertido que no lo van a tener nunca, pero que por lo menos tendrán la satisfacción de verlos postrados a su lado, ahí, hundidos, también en la miseria”. Por eso la miserealización del país es un objetivo destacado del Plan de la Patria.
Y eso de “la justicia” no es compatible con los esquemas que se dispone llevar adelante la revolución. Impunidad para todo el mundo. Las sentencias de los jueces deben responder a un fin, cueste lo que cueste. Nada de ese palabrerío leguleyo. -Aquí se acabo esa rochela en los tribunales. De ahora en adelante el que no se avenga a las líneas del proceso, “recibirá plomo y pal cuartel, digo pa la cárcel”-. Así terminan los discursos, o más bien las arengas y proclamas del jefe del conglomerado delincuencial que azota a los venezolanos.
¿Derechos Humanos? ¿Qué es eso, cómo se come eso? Esa charada no es de por aquí, eso es “clavo pasáo” y punto. ¿Propiedad privada? Esos documentos no tienen valides. De ahora en adelante todo es del pueblo y para el pueblo. ¿Está claro? Se acabó la explotación, ¡ya basta!. Con la revolución, la tierra, el petróleo y todas, toditas, sus riquezas naturales, son patrimonio del pueblo. También del continente. De esos pueblos hermanos a los que llegará la espada de Bolívar, pero en forma de manguera para que el chorro del oro negro bañe sus predios.
Y para desgracia de los venezolanos ese maleficio se cumplió. Arrasaron con las riquezas del país y terminaron hundiendo a los ciudadanos en una miseria sin parangón en nuestro continente. La solución está en salir definitivamente de esas mafias que han capturado las instituciones del país cómo una fiera se aferra a la presa que caza furtivamente.
En el informe Bachelet se reconfirma que Maduro es responsable de un esquema que conlleva a ejecutar crímenes de lesa humanidad. Que se perpetraron más de 7 mil asesinatos relacionados con ajusticiamientos extra judiciales. También es evidente que el régimen dictatorial de Venezuela estableció como patrón de conducta el uso de acciones crueles como la tortura para martirizar a los disidentes políticos hasta producir, en casos continuados, la muerte.
Maduro ayer hizo girar nuevamente esa puerta de doble sentido o dirección: por una, salen unos pocos presos cuando le conviene “jugar con la carne humana” en las mesas de arreglos políticos y luego, por otra puerta, entran nuevos presos que son sometidos a carcelazos injustos y sin derecho a la defensa.
Anteayer Guaidó encabezó otra manifestación de calle, queda también muy claro que la ciudadanía está dispuesta a seguir luchando por la libertad de Venezuela, pero espera que Guaidó escale en sus decisiones para lograr de verdad el cese de la usurpación. Tiene ese nuevo informe de la señora Bachelet, dónde describe torturas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, persecuciones políticas sistemáticas y falta de acceso a la justicia. Esos son crímenes de lesa humanidad. Así deben llamarlos. ¿Por qué razón no lo hacen?. El gobierno legítimo de Guaidó debe hacerlo ver así.
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