Además del yacimiento arqueológico de Risco Caído y de las Montañas Sagradas de Gran Canaria, la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad este domingo dos emblemas portugueses: el Palacio Nacional de Mafra y el Santuario del Buen Jesús, en Braga.
Como en el caso español, la decisión fue tomada por el Comité de Patrimonio durante su reunión celebrada en Bakú, la capital de Azerbaiyán. En el caso de Mafra, enclave al norte de Sintra y a 40 kilómetros de Lisboa, el reconocimiento engloba el Palacio, la Basílica, el Convento, el Jardín del Cerco y la Tapada.
Su candidatura resultó apoyada con gran intensidad por Brasil, no solo por su belleza, sino porque sirvió de inspiración para el complejo del Buen Jesús de Congonhas, ubicado en el estado brasileño de Minas Gerais. El alcalde de Mafra, Hélder Sousa, mostró su alegría por la designación, pero no pudo evitar alzar su voz para decir: «Peca de tardía».
Con todo, manifestó: «Hoy es un día histórico para Mafra y para Portugal porque esta candidatura preparada 10 años atrás fue aprobada, aunque ya tenía que haber sido clasificada con anterioridad, hace mucho tiempo».
De acuerdo con sus palabras, «no se trata de un punto de llegada, sino de un punto de partida y trae responsabilidades añadidas para su manutención a corto plazo».
En la misma línea se expresó el director del Palacio Nacional de Mafra, Mário Pereira, quien puntualizó: «Era un reconocimiento inevitable, que no debía demorarse más porque Mafra y su monumento lo merecían desde hace mucho tiempo».
El icono barroco de esta localidad data del siglo XVIII y respondía al mandato de construcción del rey D. Joao V, quien ordenó transportar oro llegado de Brasil para ponerlo en pie. Por su parte, el alcalde de Braga, Ricardo Rio, salió al paso con frases como esta: «Esta distinción para el Santuario del Buen Jesús implica una gran responsabilidad y orgullo».
La lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO está integrada en la actualidad por 1.091 lugares de 167 países. Y Portugal cuenta con 15, entre los que destacan los centros históricos de Sintra, Oporto y Angra do Heroísmo, además del Convento de Cristo (en Tomar), el Monasterio de Batalha o el dúo formado por la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, en Lisboa.
Tampoco puede olvidarse el Monasterio de Alcobaça, el conjunto prehistórico de pinturas rupestres del Valle del Río Coa, el Bosque de Laurissilva (Madeira), la Universidad de Coimbra o los cascos históricos de Guimaraes y Évora.