Se despide ya el Aquelarre 2019, evento que celebró sus 25 años, los 50 del dedeté y el medio milenio de La Habana, con lo mejor del humor que se presentó durante el año en la Isla. Desde las más diversas propuestas, le regaló al público la satisfacción de acercarse —y ratificar— a su cubanía.
En esta edición el Aquelarre rindió tributo a quienes trabajaron para hacer historia dentro del humor criollo. Así fue desde el espectáculo inaugural, cuando le dedicaron el homenaje a Octavio Rodríguez, Churrisco, artista insigne del género en nuestro país. A otro maestro del humor, Luis Carbonell, será dedicada la noche de clausura de hoy.
Durante la semana de festival se destacaron las funciones para congratular al grupo teatral Nos y Otros, al Conjunto Nacional de Espectáculos y a la Seña del Humor de Matanzas. También el grupo Oveja negra, que aún nos deleita con sus propuestas, tuvo su jubileo por su cumpleaños 25.
Burocratismo, manipulación, chabacanería y prejuicios son solo algunos de los temas reflejados en el evento. Por esa razón, en las presentaciones no faltó la sátira social como factor clave en el arte de hacer reír.
Asimismo, el Aquelarre logró abarcar disímiles formas de emplear el talento en la seria misión de hacer pensar. No solo se hicieron sketchs o monólogos… También el evento tuvo espacio para otras formas de representación teatral con marcados matices cómicos e interacciones bien justificadas con el público. Tal es el caso de Desnudas, puesta en escena del grupo Aire frío.
De igual forma sucede con el grupo Teatro Andante, de Granma, y su espectáculo El modelo, el cual se distancia de los modos en que se asume el humor en la escena cubana. Inspirado en los códigos del clown, la obra prescinde del lenguaje hablado y pone toda la fuerza dramatúrgica en las acciones de los actores y otros elementos como la música o en atractivos vestuarios y máscaras.
González Fiffe, director de Teatro Andante, expresó su agradecimiento al Centro Promotor del Humor por la oportunidad que brinda a otros creadores de participar en el magno encuentro de los humoristas cubanos.
Estas y otras propuestas se extenderán a otras provincias del país como parte de las actividades posteriores al Aquelarre. En la capital, durante todo el mes de julio y en las dos primeras semanas de agosto, serán presentados varios de los espectáculos más populares del festival.
El evento teórico fue el espacio en el que se reunieron numerosos estudiosos del tema para debatir y socializar el pensamiento que se genera alrededor del humor, teniendo como premisas el contexto y las condiciones sociopolíticas actuales.
«En esta edición hemos tratado de subir el listón del segmento teórico. En los ocho años que llevamos retomándolo hemos logrado ir creciendo en cuanto al rigor científico y en la profundidad de las investigaciones, fundamentalmente las aplicadas en la práctica», según confirma Luis Enrique «Kike» Quiñones, director del Centro Promotor del Humor (CPH).
El evento expuso diferentes visiones acerca de lo cómico, y se creó una discusión bidireccional entre los artistas y los receptores sobre nuestra cultura, elemento que, al decir de Kike, enriqueció el encuentro.
Entre las cuestiones abordadas tuvieron gran acogida las relacionadas con la historia de la comedia en Cuba, los arquetipos y símbolos de la sociedad cubana, la comedia en la radio y la labor de la mujer en dicho género. Se destacaron, además, las presentaciones de libros y audiovisuales que muestran el quehacer de los especialistas e investigadores del tema.
El escritor, profesor y humorista Antonio Berazaín manifestó la necesidad de que aumente la asistencia al encuentro. «Es primordial que el análisis parta de los propios creadores y así reformular los modos de hacer, pues no hay mejor práctica que aquella basada en una buena teoría», afirma.
El director del CPH agregó al respecto: «Este espacio es una provocación a la búsqueda de contenidos, a la elaboración de ensayos, comentarios y otros textos o materiales comunicativos que exploren el humor desde una visión científico-teórica para fortalecer nuestro trabajo en las tablas».
Sobre las insatisfacciones Quiñones afirma que hace falta mayor interacción con los medios de prensa, una unión imprescindible para suscitar la realización del ejercicio de la crítica teatral de nuestras presentaciones. «Para otros miembros del gremio del teatro también sería muy positivo participar en nuestro evento. En este sentido, tenemos que seguir ganando», argumentó el humorista y director.
Compartir con grandes de la comedia cubana en los días en que La Habana se aproxima a su 500 cumpleaños y escuchar las carcajadas en los prestigiosos salones capitalinos hace sencillo comprender la certeza de Berazaín cuando dice: «Lo contrario del humor no es lo serio, sino lo aburrido. Hacer humor es algo muy serio».
Durante el segmento teórico del Festival Aquelarre 2019, Luis Morlote Rivas, recientemente nombrado presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), resaltó que el 9no. Congreso de la organización «demostró que tenemos un grupo muy importante de profesionales e intelectuales de primera línea reflexionando sobre las maneras de hacer un humor que nos defina y singularice como nación».
A 25 años de que el Ministerio de Cultura decidiera crear el Centro Promotor del Humor, Morlote reconoce que el Aquelarre ha tenido la capacidad de unir a los artistas y sus públicos para propiciar un debate que fructifique en planteamientos y análisis profundos sobre el papel que desempeña la risa en nuestra cotidianidad.
En el congreso de escritores y artistas —abundó— uno de los temas más discutidos fue la necesidad de potenciar una crítica que acompañe de cerca al humor y valore tanto la recepción del público como la calidad artística de los espectáculos.
«Esta es una de las problemáticas más acuciantes que enfrenta el gremio humorístico y cultural del país», según acotó. Morlote reiteró la necesidad de que la Uneac se integre aún más a las actividades del Aquelarre por ser este un espacio para mirar desde otra óptica la sociedad cubana. «Eso se debe reconocer y apoyar con mayor empeño por lo que pretendemos trabajar con la UPEC, el ICRT, y los medios de prensa para conservar la memoria histórica y socializar las experiencias de estos cinco lustros de humor e identidad».