Por ahí dicen que los celos no son buenos, y en realidad que no lo son. Lamentablemente algunas veces somos víctimas del momento y terminamos haciendo una que otra locura. El amor a veces nos vuelve locas, estas son algunas historias que recopilé entre varias mujeres que quedarán en el anonimato. ¿Alguna te suena familiar?
Mi ex novio tenía una amiguita de esas que no aguantas. Esta chica se paseaba en pants frente a mi novio, le invitaba chelas y en muchas ocasiones inventó cosas para que nos peleáramos. En algún momento se volvió una persona de gran importancia en la vida de mi novio y yo estaba que me llevaba el diablo. Sinceramente era una mala persona que solo quería robarse descaradamente a mi novio. Así que un día compré laxante para caballos en una veterinaria. Llené un pequeño frasquito y esperé a la próxima reunión de amigos. Durante la fiesta, eché algunas gotitas al vaso con refresco que estaba bebiendo esta mujer. Las suficientes para no aparecer en el gym unos 15 días. Ella me acusó con mi novio, le dijo que yo le había echado algo al trago. Mi ex nunca le creyó. Lo peor que he hecho por celos en mi vida.
Estaba en casa de mi suegra comiendo con mi marido y mis hijas. En una de esas, mi marido le prestó a una de mis chiquitas el celular para jugar. En realidad no soy de las que revisa el celular del marido, pero me ganó la tentación. Así que revisé el Whats, las fotos y nada de nada: ni mensajes, ni llamadas ni fotos. Hasta que revisé los números de la agenda y encontré un número que decía “amor”. Claro que no iba a hacer una escena enfrente de mi suegra. Así que esperé a llegar a casa, acosté a mis hijas y en la recámara le armé la de “Dios es grande”. Hasta lo corrí con solo un par de chones y pantuflas. Él me veía con una cara de susto: “No sé de qué hablas. Ese es tu antiguo número, chécalo seguro se lo dieron a alguien más”. Después de un tiempo buscando entre mis cosas me di cuenta de que, efectivamente, era mi antiguo número. Al otro día tuve que ir a casa de mi suegra a rescatar a mi marido y a ofrecerle millones de disculpas.
Un día, mi novio llegó a casa, se metió a bañar y cuando salió noté que traía brillitos en la espalda, los brazos y hasta en las pompas. Era de noche así que se veían perfectamente. Me paré de la cama le quite la toalla de la cintura y comencé a examinarlo. Él pensó que yo le iba a dar algo de amor. No se había dado cuenta de que mi cara de demonio… pero de lo enojada que estaba. En una de esas le di tremendo cachetadón que lo dejó pasmado. Pensando que era parte del juego empezó a reír, hasta que empecé a gritarle: “Explícame por qué demonios traes brillitos hasta en las pompas. ¿Qué hiciste, con quién estuviste?”. Mi novio no sabía dónde esconderse para que no le pegara. Él me repetía: “Amor, vengo de la oficina, ¿qué te pasa?”. Salió de la habitación encuerado y enojado. Cuando fui al baño, me di cuenta de que una blusa mía con brillos se había quedado entre las toallas. Bajé a pedirle perdón a mi novio con tremenda pena. No sé cómo sigue conmigo.
Estuve viendo muy raro a mi marido, así que quise hacer un poco de investigación en su celular. Sabía solo se desbloqueaba con su huella digital, no tenía claro qué hacer hasta que se me prendió el foco. Le dije que se veía super tenso y que sería bueno que se tomara un relajante muscular para ese dolor que traía en la espalda. Como siempre, me hizo caso. Para mi mala fortuna, un amigo suyo llegó a la casa a platicarle sus penas. Yo estaba muy nerviosa porque sabía que en cualquier momento iba a quedarse dormido y no sabía si el amigo se iba a ir. El caso es que en una de esas, su amigo entro a la cocina muy asustado me dijo: “Jorge está como borracho y te prometo que no le di nada“. Cuando llegué a la sala, mi marido estaba en pelotas porque según él “tenía calor”. La situación se me salió de las manos. Para cuando se quedó dormido e intenté encender su celular, me di cuenta de que ya no tenía ese modo de desbloqueo. ¡Lo cambió!
The post Las peores cosas que hemos hecho por celos appeared first on Yo amo los zapatos.