Si el Gobierno español puede determinar que los buques de la Armada británica violaron aguas territoriales españolas el jueves en el proceso de abordaje del petrolero panameño que llevaba crudo iraní a Siria -saltándose el embargo a Irán- hará muy bien en elevar una protesta a Londres. Pero eso es un asunto menor, casi irrelevante. Lo que deberíamos preguntarnos todos es por qué Estados Unidos ha recurrido para esa misión a los británicos en Gibraltar en lugar de a la Armada española. Y las respuestas son múltiples y, en mi opinión, todas preocupantes.
Estados Unidos ya no se fía de la Armada española después de que en mayo nuestro Gobierno ordenara a la fragata Méndez Núñez que abandonara «picando billetes» a la flotilla que acompañaba al portaaviones Abraham Lincoln.
Además, el Gobierno Sánchez ha cambiado unilateralmente la posición de España frente a Rusia e Irán, que parecen los nuevos «mejores amigos» de la España de Pedro Sánchez y Josep Borrell. Hemos permitido que los buques de guerra rusos vuelvan a repostar en Ceuta y nos hemos alineado claramente con Irán frente a Estados Unidos. El diario «The Nation» de los Emiratos Árabes Unidos informó del nombramiento del español con el titular «La nominación de Josep Borrell para Mr. Pesc genera una protesta clamorosa» y como subtítulo «Aliado del régimen iraní, Borrell gestionará las negociaciones de la UE sobre el acuerdo nuclear con Irán». En un contexto así, es evidente que Washington no iba a pedir a Madrid la interceptación del petrolero que violaba el embargo. No se fiaban de que España lo hiciera.
Añadamos a ello que el pasado mes de febrero Borrell concedió una entrevista a «Politico» en la que decía que todo el mundo tiene que acostumbrarse al hecho de que Irán quiere destruir Israel. «Politico» le preguntaba si Trump «puede tener un punto sobre Irán» dada su voluntad de arrasar Israel a lo que el próximo jefe de la política exterior de la UE respondió que «No somos niños siguiendo lo que nos ordenan [los norteamericanos] .Tenemos nuestras propias perspectivas, intereses y estrategia y seguiremos trabajando con Irán. Sería muy malo para nosotros si desarrollan un arma nuclear…. Irán quiere borrar a Israel; no hay nada nuevo en eso. Tienes que vivir con ello.» Que se fastidien los israelíes. Como decía «The Jerusalem Post» en su edición del pasado jueves 4 de julio, «Jerusalén no tiene un buen recuerdo de Mogherini, y ahora, bajo Borrell, las cosas pueden ir a peor».
El pasado lunes Irán anunciaba que había sobrepasado los límites de enriquecimiento de uranio pactados en el acuerdo nuclear de 2015 -horas después de derribar un dron del Ejército norteamericano. Alí Jamenei, el Líder Supremo iraní está jugando la carta de meter a los europeos el miedo a la guerra y a los trastornos económicos para que la UE presione a Estados Unidos para que dé a Teherán lo que quiere. El problema es que en esa estrategia ha fallado una cosa: los europeos van a tener un Alto Representante de la Política Exterior y Seguridad Común tan alineado con Irán, que su capacidad de interlocución con la Administración Trump va a ser casi nula. Con Borrell los europeos estaremos en brazos de Irán -aún más que con Mogherini, que ya es decir…