La polémica por la retirada de centenares de farolas fernandinas en el ayuntamiento de Teo (La Coruña) se reactiva después de que un lote de estos elementos del mobiliario urbano apareciese en una conocida web de anuncios, donde un particular las revende para hacer negocio.
Dedse el PP exigen la comparecencia de la responsable de urbanismo para que ofrezca explicaciones por un hecho que consideran de naturaleza «gravísima». «Desde el primer momento sostuvimos que no era necesario retirar 800 farolas, ya que estaban en estado óptimo y era un despilfarro de dinero innecesario para las arcas municipales», apunta el número uno de los populares, José Manuel Guerra, quien se remite a que el anunciante «cofirma que se encuentran en buen estado».
«Estamos hartos del oscurantismo en el que vive inmerso el vecindario de Teo», añade el representante del PP a través de una nota remitida a los medios. «Pedimos que con urgencia el gobierno municipal explique a todos los vecinos la patraña de gestión hecha con las farolas del municipio», reclama.
El gobierno municipal de Teo está encabezado por Rafael Sisto, líder del partido SondeTeo, gracias al apoyo del PSOE y el BNG, con el que pudo desbancar a los populares tras las elecciones del 26-M: sumaron 10 ediles, por los 7 del PP. Una alianza que permitió a Sisto seguir en el cargo.
El regidor, consultado por ABC, se defiende indicando que este tema «ya se trató» y lo «aprobó el concello en pleno», donde se ofrecieron «explicaciones absolutamente razonables». Añade que «no hay ninguna actuación ilícita, ni siquiera poco responsable», pues la sustitución de las farolas estaba justificada «desde el punto de vista técnico».
Fondos europeos
El objetivo era introducir nuevas farolas que «cumplen la normativa del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), y que por emplear «fondos europeos requieren unas condiciones lumínicas específicas», como no dispersar la luz, que no ofrecían las anteriores farolas fernandinas. Sisto incide en que se trata de un «proyecto muy complejo» sometido a estrictos «controles»; «la empresa instaladora retiraba las farolas y aparecía contabilizado presupuestariamente el rendimiento que sacaba», añade.
A partir de ahí, «el concello no se puede meter en la gestión que hace [la empresa] con las farolas». Lo que no oculta es su sorpresa al conocer que se revenden: «No parece muy lógico. Algunas estaban muy deterioradas por el óxido. Estaban para el desguace o reciclado. La gestión del propeitario es cuestión suya».
«Está todo clarísimo», resuelve el regidor en un intento por zanjar la polémica. Y añade que si el PP, que a su juicio «se empeña en soliviantar» a los vecinos, considera que existe «algo irregular» puede «presentar una denuncia o una reclamación al concello de documentación».
