Llevar una alimentación saludable es fundamental en todas las etapas de la vida, pero cobra una especial relevancia en el momento de la gestación. La dieta de las embarazadas ha de ser completa, variada y equilibrada, con una parte importante de hidratos de carbono de baja absorción (legumbres, arroz y pasta). No deben olvidarse las carnes, pescados, huevos y lácteos y tampoco el aceite de oliva, el componente graso de primera elección.