De acuerdo con la investigación Violencia y Terror, Hallazgos sobre Fosas Clandestinas en México 2006-2017, realizado por la Universidad Iberoamericana, en el estado de Hidalgo se encontraron entre el 2009 y el 2011 tres fosas clandestinas.
El estudio señala que durante el año 2009 en el municipio de Tulancingo de Bravo se encontró una fosa clandestina, donde localizaron un cuerpo. Dos años más tarde, en el 2011, registraron dos fosas clandestinas más, ahora en el municipio de Atotonilco de Tula, donde se encontraron dos cuerpos femeninos.
Para la elaboración de la investigación Denise González Núñez, Jorge Ruiz Reyes, Lucía Guadalupe Chávez Vargas y José Antonio Guevara Bermúdez, los coordinadores, emplearon dos fuentes principales de información: la oficial y la hemerográfica.
Las solicitudes a las Fiscalías y Procuradurías se generaron a partir de junio del 2017. Sin embargo, el estudio señala que 11 estados no proporcionaron información sobre hallazgos de fosas clandestinas: Baja California, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Yucatán.
Las entidades de Baja California, Chiapas, Distrito Federal, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, Querétaro y Yucatán, agrega la investigación, mencionaron no tener registro del hallazgo de fosas en sus entidades dentro del periodo solicitado: del 1 de diciembre del 2006 a junio del 2017.
Ante ello, se tuvo verificar y comprobar información a partir del Programa de Derecho a la Información de Artículo 19, así como de las cifras oficiales de lo que fue en su momento la Procuraduría General de la República (PGR).
De las 32 entidades del país, las que concentraron un mayor número de fosas clandestinas fueron Guerrero, Veracruz, Jalisco, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas.
De acuerdo con los coordinadores de la investigación, la cual se puede consultar en el sitio oficial de la Universidad Iberoamericana, el hallazgo de fosas clandestinas en México se ha convertido en un hecho recurrente durante los últimos diez años, dentro de un contexto de violencia y violaciones a derechos humanos que se ha extendido a lo largo y ancho del país.
Precisan que la aparición de una o diversas fosas clandestinas representa en sí misma una práctica donde se materializan diversos delitos y violaciones hacia las personas que han sido inhumadas de manera clandestina, empezando claramente por el derecho a la vida.
Agregan que su posible relación con violaciones graves a los derechos humanos y otros derechos tanto individuales como colectivos que se ven comprometidos, muestra la importancia que adquiere comprender este fenómeno desde diversos ángulos.
De igual modo, los investigadores puntualizaron que detrás de cada fosa clandestina están las historias de víctimas directas e indirectas afectadas a causa de la violencia generada por distintos agentes estatales y no estatales a lo largo de estos últimos diez años.
Finalmente, concluyeron que las fosas clandestinas son hechos recurrentes y extendidos, con hallazgos constantes y presentes en la mayor parte del territorio nacional durante el periodo investigado.
