El incumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno de Daniel Ortega sobre la liberación total de los presos políticos y el restablecimiento de las libertades públicas de los nicaragüenses, es un “fracaso” de la dictadura frente a la comunidad internacional, asegura José Pallais, negociador de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
El jueves, la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), dirigida por Luis Almagro, señaló que, en su papel de testigo y acompañante del diálogo, es pertinente apelar por el cumplimiento de ambos acuerdos. Al día siguiente, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos emitió nuevas sanciones contra funcionarios de la dictadura. Seguido de las sanciones contra nueve de ellos de parte de Canadá.
“El Gobierno es el que ha fracasado. Es muy importante este pronunciamiento del secretario general, quien asumió la suscripción del mismo frente a la comunidad internacional. La presión internacional está en incremento. Lo vemos con las acciones conjuntas (sanciones) de Canadá y Estados Unidos, las previsibles sanciones de la Unión Europea y los resultados de los pronunciamientos que sin duda habrá en Medellín en la Asamblea General (de la OEA a realizarse el 26,27 y 28 de junio)”, valoró Pallais, en una entrevista en el programa Esta Semana.
Si bien el pronunciamiento de la OEA fue contundente, este organismo no tiene las disposiciones jurídicas, como testigo y garante, para obligar al Gobierno a cumplir con los acuerdos firmados en marzo. Sin embargo, Pallais explica que el incumplimiento de la dictadura, certificado por Almagro, sin duda va a tomar más fuerza y sentar un mayor compromiso de los diferentes países en el seno de esta organización, ya sea en el Consejo Permanente o en la Asamblea General.
“Sin duda, la situación de incumplimiento y la expectativa alta que se tenía de que Ortega cumpliera, van a provocar que las voces de condena se escuchen de forma más clara y más determinada en la Asamblea de Medellín”, expuso Pallais, quien agregó que, hasta el momento, no conoce una posición oficial del nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar, el otro testigo internacional.
La última encuesta de la firma CID Gallup reveló que el 62% de los nicaragüenses apoya las elecciones adelantadas para mejorar las condiciones del país y superar la crisis sociopolítica. Los resultados del sondeo mostraron una percepción negativa de la ciudadanía sobre el contexto actual, y ponen en cuestión la gestión de Ortega.
Dentro de la cúpula sandinista, el Ejército y empresarios afines al Gobierno, según Pallais, existe mucha preocupación sobre la presión a la que está siendo sometido el régimen de parte de la comunidad internacional. Las sanciones en conjunto de Estados Unidos y Canadá, podrían acrecentar el temor dentro de las bases de la propia dictadura.
“Ortega sigue sacrificando a sus fieles servidores, a su personal más cercano por su intransigencia… La están sufriendo desde los más cercanos de Ortega, que tienen muchos negocios, hasta los más pobres que, aunque han confiado en Ortega, están viendo que la falta de voluntad para llegar a un acuerdo que le ponga fin a esta situación”, considera.
A pesar de que existe una creciente preocupación, Pallais expresó que el verticalismo y la sumisión a la autoridad absoluta de la pareja gobernante, que controla el partido, las instituciones del Estado y el Ejército, ha complicado cualquier acercamiento para entablar pláticas al margen de Ortega y Murillo.
“No veo a Ortega autorizando ninguna reunión del personal de los poderes del Estado o de alguna institución, porque sería visto como una debilidad o contradicción que, si bien es cierto que se está dando, haría todo lo posible para evitar que sean de manejo público”, dice.
Las negociaciones entre la Alianza Cívica y el Gobierno están en impase desde finales de abril. Si bien el régimen ha excarcelado a la mayoría de presos políticos, la oposición no piensa regresar a la mesa mientras la dictadura no libere al resto de reos de conciencia y garantice las libertades constitucionales. La Asamblea General de la OEA en Medellín, podría marcar la pauta para una futura nueva ronda de diálogo.
“El Gobierno mismo y nosotros estamos coincidiendo, pero no porque hemos hablado, sino porque tenemos información de que el Gobierno está pretendiendo retrasar la continuidad de la mesa para valorar lo que sucede el 26, 27 y 28 en Medellín, y determinar cuáles son los riesgos de sus actuaciones, de su intransigencia, en qué puede traducirse, y tomar una decisión ya con posterioridad a los eventos de Medellín”, detalló.
Por su parte la Alianza Cívica, según el abogado constitucionalista, considera que no es momento de anticiparse cuando todavía falta la liberación de un buen grupo de prisioneros políticos, aunque aclaró que tienen la disposición de volver a la mesa, sí y solo sí, el Gobierno cumple con los acuerdos que firmó en marzo, específicamente la salida de los reos de conciencia.
Sin embargo, la trayectoria indica que Ortega haría todo lo posible para que la negociación fracase nuevamente, y así no incumplir con el restablecimiento de las libertades. Pallais advierte que en ese caso, en “la mente de muchos” existe la posibilidad de buscar una reforma política sin Ortega y Murillo.
“Hay que estar claros que Ortega regresó al diálogo no por su voluntad, sino como efecto de las presiones internacionales y nacionales. Y hoy se está dando cuenta que su modelo policial de persecución no está siendo efectivo. Los focos de protesta se vienen generalizando, y la presión internacional está en incremento”, señala.
El negociador de la Alianza cree que “el Gobierno está valorando” la posibilidad de, a inicios del mes de julio, determinar si tiene alguna viabilidad de reestablecer las negociaciones.
“La Alianza está en la mejor disposición de intentarlo, pero sí de este ensayo se concluye que no existe ninguna disposición de la otra parte, entonces la Alianza sin duda lo comunicará y tomará una posición, dando por agotado este ensayo de negociación que provocó mucha ilusión y generó mucha expectativa, mismas que se vienen frustrando por el Gobierno”, advierte.