Lo niños deben tener hábitos alimenticios adecuados para asegurar su desarrollo, la comida balanceada es fundamental para obtener resultados positivos, misma que refuerza la oportunidad de ingerir complementos nutricionales para que los pequeños crezcan sanos y fuertes.
Según la Dra. Esther Martínez García, especialista en Pediatría, en su artículo Disminución del apetito, se trata de que los niños tengan una educación alimentaria, que a través de las comidas correctas, beneficiaran a su desarrollo y se complementa con lo que su pediatra indique para darle energía, por ello es importante acudir a un médico.
Menciona que suele suceder que los niños pequeños -a la hora de comida- se distraen fácilmente o las porciones que consumían antes las consideran como demasiado, esto no es malo, es una señal. El desinterés por la comida puede ser un factor a algo muy normal o que no está bien, y regañarlos u obligarlos a comer solo llevará a los pequeños a sufrir presión, no importa si se les ofrece una recompensa.
Es importante observar cuál llega a ser la comida más aceptada por los niños, antes que otras, llevar un registro de cambios en su alimentación y notificar al pediatra.
Una dieta completa y equilibrada, en proteínas, carbohidratos, azúcares y líquidos es lo que hace que los pequeños se refuercen y aseguren un crecimiento en su estatura, que oscila de 2 centímetros cada 120 días en el rango de edad ya antes mencionado.
No todos los niños son iguales...
Podríamos dar una extensa lista de los alimentos que ayudan a los niños a crecer, sin embargo consultar con el médico, siempre será lo mejor. Existen casos de alergias o enfermedades crónicas que afectan a que los niños puedan consumir ciertos alimentos.
Natàlia Gimferrer nutricionista y licenciada en Ciencia y Tecnología de Alimentos en Barcelona, en su artículo Alimentos que estimulan el crecimiento, comenta que la clave del crecimiento son comidas como: proteínas (carnes y lácteos), hidratos de carbono (cereales integrales, legumbres, verduras), azúcares (fruta), grasas (frutos secos y semillas), vitaminas (cítricos, verduras frescas, huevo y pescado), minerales (legumbres) y agua.
