Con una piscina convertida en pasarela y una colección-concierto al ritmo de la voz de la cantante Solange Knowles, las firmas Lanvin y Kenzo cerraron ayer la Semana de la Moda hombre de París.
La mañana abrió con Lanvin que llevó a sus invitados hasta el noreste de París, casi a las afueras, hasta un estadio deportivo con una piscina cubierta en estilo art déco.
La firma más antigua de la capital francesa, creada en 1889 por Jeanne Lanvin, sigue generando expectación entorno al nombramiento del diseñador Bruno Sialelli, tras cuatro años tormentosos para la marca con la salida consecutiva de tres de sus directores creativos.
Sialelli, de 31 años, fue nombrado a principios de este año y en esta segunda colección para Lanvin dejó entrever su ambición por rejuvenecer la marca, con creaciones dinámicas y cargadas de color, manteniendo los cánones de elegancia de la histórica maison.
Se confirmó entorno a una piscina, en un ambiente luminoso y distendido, donde la apuesta predominante fueron trajes de sastrería en bermudas, chaquetas marineras, largas prendas de punto y anchos sombreros.
Y de la piscina al enorme estadio multiusos de AccorHotels Arena, que Kenzo abrió al público y llenó hasta arriba para el último desfile de sus diseñadores, los estadounidenses Carole Lim y Humberto Leon, que tras ocho años dejan la marca japonesa para consagrarse a su firma, Opening Ceremony.
El dúo supo cerrar esta etapa con una colección de básicos cargada de color, con pantalones fluidos de talle bajo, camisas con detalles deportivos, como mangas impermeables, pantalones cortos para él y una buena colección de sudaderas y chaquetas deportivas.