Solo los mediocres encuentran gozo en el desprecio. Deplorables las recientes declaraciones del recién ungido titular del Instituto Nacional de Migración Francisco Garduño hacia la Policía Federal. La insolencia de denostar al cuerpo policiaco utilizando el término fifí dibuja de cuerpo entero la supina arrogancia de algunos funcionarios de la 4T que presentan síntomas de disonancia cognitiva también denominada como la teoría del autoengaño, justificando comportamientos que aceptan la mentira como una verdad.
La antipatía desencadenada desde los tiempos de campaña generalizando que la Policía Federal, toda, representaba el mosaico de corrupción no solo ha calado hondo entre sus elementos sino que sorprende el cúmulo de contradicciones alrededor de su actuación, para unos ejemplo de profesionalismo y para otros de ineficiencia, exhibiendo una dicotomía justo cuando este cuerpo policiaco engrosará las filas de la Guardia Nacional, donde civiles y militares convivirán en un organigrama que presenta importantes fallas de diseño institucional, haciendo labores de contención de migrantes en el sur del país bajo condiciones indignas.
A todo Estado se le exige, por encima de cualquier otra consideración, que sea capaz de asegurar la tranquilidad del conjunto de los ciudadanos. En esta transformación para integrar soluciones organizacionales que proporcionen seguridad a los agentes de los cuerpos policiacos y se empiece la reconstrucción de la confianza entre sus elementos y la sociedad, se antoja como tarea titánica y muy lejana de las prioridades de esta administración concentrada en que la austeridad impacte áreas sensibles mientras se invierten cuantiosos recursos en paliar la obligación de los Estados responsables de la migración forzada.
El panorama se oscurece cuando además se ha permitido faltarle al respeto a la labor de un policía o de un soldado confundiendo aplicación de la ley con represión. No estaría de más que esta 4T diera mayor certidumbre y mejor trato a nuestros civiles y militares en esta compleja coyuntura interna y externa. Los ánimos no reflejan un cierre de filas sino una polarización.
El círculo puede viciarse todavía más.
@GomezZalce