Ayer se anunció que México transferirá directamente 30 millones de dólares al gobierno de El Salvador para la siembra de 50 mil hectáreas de árboles y crear miles de empleos directos. Es parte del plan de apoyo que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador instrumentará en Guatemala, Honduras y El Salvador para reducir la migración centroamericana.
Pero se pueden hacer más cosas que están en la mesa de análisis. Por ejemplo, lograr que las remesas enviadas desde México por trabajadores de esos países se inviertan también en proyectos productivos en sus localidades, y que se impulsen negocios en el sureste de México y en Centroamérica como los de San Marcos, Texas, donde están grandes bodegas que venden ropa de segunda mano y saldos de varios productos que pasaron de moda por miles de millones de dólares.
De acuerdo con cifras del Banco de México, las remesas que se envían desde México a Guatemala, Honduras y El Salvador sumaron en todo 2018 un total de 47 millones 707 mil 533 dólares; en el primer trimestre de este año alcanzaron 11 millones 739 mil 653 dólares. No es cualquier cosa.
Los trabajadores de Guatemala en México enviaron a su país en 2018 más de 20 millones 519 mil dólares y en el primer trimestre del año más de 4 millones 477 mil dólares; los de Honduras transfirieron 20 millones 21 mil dólares y 5 millones 230 mil dólares en esos periodos, mientras que los salvadoreños canalizaron 7 millones 166 mil dólares y 2 millones 31 mil dólares su país.
El difícil involucrar a los trabajadores de estas tres naciones a que impulsen proyectos de inversión conjuntos. Hay odios y discriminaciones, y no debe sorprenderle nada si se agarran del chongo en la frontera entre Honduras y El Salvador porque el trato de México sea considerado como favoritismo hacia uno. Así las cosas de complicadas.
La falta de inversión privada en el Triángulo del Norte de Centroamérica se debe, entre otras cosas, a que las remesas que reciben desde Estados Unidos son muy significativas. Para Honduras representan 19 por ciento del PIB; para El Salvador 15 por ciento y para Guatemala 10 por ciento; gobierno y empresarios se preguntan para qué arriesgar capitales si están estos millones disponibles.
Cuarto de junto
Sigue la molestia entre empresarios privados del sector petrolero con el anuncio de que tampoco invertirá Pemex en aguas profundas... Rabindranath Salazar Solorio, director general de Bansefi, ya está listo para operar como el Banco del Bienestar. Solo espera que el jueves próximo en sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados se apruebe la transformación del banco y que se notifique al Ejecutivo la decisión del Congreso para que se publique en el DOF. Dispersará los recursos de los programas sociales y ofrecerá novedosos productos.
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