El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, afirmó ayer que le gustaría que se retomaran las relaciones con el Govern presidido por Quim Torra, que se enfriaron tras el 1-O. En una entrevista en TV3, Puig explicó que tras el referéndum ilegal, organizó un encuentro en Barcelona entre empresarios valencianos y catalanes pero que Torra «declinó» asistir.
«No he sabido más», señaló Puig, quien afirmó que aunque Torra «tiene derecho a encarar las relaciones de vecindad como quiera», él siempre estará «abierto a la cooperación».
El líder del ejecutivo autonómico valenciano indicó que si es o no el momento ya para una reunión con Torra «dependerá» de «muchas circunstancias».
«Espero que cambien en estos cuatro años muchas cosas. Que haya más pragmatismo en las relaciones, apertura y superación de fronterizaciones que no comparto», añadió.
La respuesta de Torra no se hizo esperar. En un mensaje en Twitter, el presidente catalán aseguró que su homólogo valenciano tiene «abiertas» las puertas del Palau de la Generalitat de Cataluña. «Os reitero la invitación, que cursaré oficialmente esta tarde. Tampoco tengo inconveniente, todo lo contrario, en reunirme con usted en Valencia, si lo preferís», decía el mensaje.
Torra negó «no querer saber nada» del «País Valencià»: «Todo lo contrario. Lo quiero saber todo. Y ya sabéis que espero verle muy pronto en Barcelona o Valencia».
Las declaraciones del presidente valenciano no sentaron nada bien en el PP de la Comunitat. Su presidenta, Isabel Bonig, acusó a Puig de «blanquear a los separatistas» porque «le da la mano al señor (Quim) Torra, que es el que quiere romper España y la convivencia».
Según la dirigente popular, el PSOE, «después de lo de Navarra, que ha sido increíble porque nunca se había pactado con los herederos de los terroristas frente a los constitucionalistas, hoy sabemos que Puig le da la mano al señor Torra que es el que quiere romper España, el que tiene a consellers imputados sentados en el banquillo del Tribunal Supremo por romper España y dar presuntamente un golpe de Estado».
Advirtió además de que si al final Sánchez es presidente con los votos de los separatistas, «que sepan todos los valencianos que una vez más los presupuestos de la Comunitat los decidirán los catalanes».
Según Isabel Bonig, el Gobierno de la Generalitat es «catalanista», está «arrodillado ante Cataluña» y «prefieren ser catalanes de segunda antes que valencianos de primera». Recordó que solo «4. 311 votos han hecho que Ximo Puig sea presidente de la Generalitat».