El Canal de Panamá ya solo puede dar «noticias positivas» para Sacyr. Así lo ha defendido el presidente de la constructora, Manuel Manrique, en la junta de accionistas celebrada este jueves. Un encuentro en el que el directivo ha destacado que a principios de este año la firma terminó de pagar lo que debía al gobierno panameño por los anticipos recibidos para ejecutar la obra. Ahora, por tanto, solo queda por conocer el resultado de las demandas presentadas por la constructora por los sobrecostes de la obra.
Según ha adelantado Manrique, a principios de 2020 se producirá la «resolución del arbitraje motivado por el basalto». Esta demanda, realizada por la ausencia de este material en las obras, «marcará tendencia» por ser la «causa principal» del conflicto producido entre las constructoras encargadas de la obra y Panamá, según el presidente de Sacyr. Se espera que el resto de los arbitrajes se resuelvan entre 2022 y 2023.
El grupo llevará la rentabilidad por dividendo por encima del 5%
El presidente de la constructora ha explicado a los medios, tras la junta, que el «único problema» que ha tenido la empresa con la construcción del Canal es que «se van a recibir las devoluciones» generadas por los sobrecostes diez años más tarde de que se finalizaran las obras. Aún así, Manrique ha sacado pecho y ha afirmado que, tras la finalización de las obras de ampliación del Canal, más de 6.500 barcos han recorrido ya este paso, que ha tenido un 99,97% de eficiencia.
Más allá de la faraónica construcción, el presidente de Sacyr ha hecho referencia a que el grupo ya ha alcanzado todos los objetivos estratégicos que se marcó para 2020. Un ejemplo, para el directivo, de «las enormes conquistas realizadas en los últimos años». De cara al futuro, la compañía –que ya está elaborando el próximo plan estratégico– tiene previsto potenciar su actividad concesional (pretende que represente el 85% de su ebitda), reducir su deuda financiera (que ha caído un 78% con la implantación de su plan estratégico) e incrementar la retribución del accionista.
Respecto a este último aspecto, la compañía tiene previsto llevar por encima del 5% la rentabilidad del dividendo otorgado con los beneficios de 2018, que se entregará mediante una fórmula flexible. Manrique ha recordado que, mediante la forma de ‘scrip dividend’, ya se abonaron 10,3 céntimos de euro por acción a cada accionista. El directivo también hizo referencia al 8% que mantiene la empresa en Repsol, señalando que la empresa estará «expectante para aprovechar las oportunidades que ofrezca el mercado y sacar el máximo rendimiento» a esa participación.
Sacyr planea además potenciar su presencia en Estados Unidos, donde ha logrado hacerse con distintos proyectos de obra sin comprar ninguna compañía, y en Italia, donde creará un fondo de infraestructuras con su socio Fininc y dos entidades financieras. Sobre España, Manrique ha vaticinado que el próximo Gobierno realizará un «planteamiento global» sobre infraestructuras que irá mucho más allá de levantar barreras en las autopistas de peaje.
Acciones contra la CNMC
Tras la junta de accionistas, Manrique ha hecho referencia ante los medios de comunicación a la multa interpuesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) contra doce empresas, entre las que se encuentra su filial Neopul, por haber pactado precios para repartirse contratos de electrificación del AVE. Manrique ha hecho referencia a este hecho señalando que Sacyr «sería el más perjudicado» por este supuesto cártel, porque durante el periodo analizado por la CNMC se presentó a 20 obras y no consiguió ninguna.
Además, el directivo ha asegurado que la compañía «hará todo lo que esté en su mano» para «resarcir la reputación del grupo». Y es que Sacyr defiende su inocencia completa en este caso y no descarta llevar a cabo acciones legales contra la CNMC.
Demetrio Carceller, Manuel Manrique y José Moreno Carretero - SACYR
El «fantasma» de Moreno Carretero
La junta de Sacyr se ha producido en un contexto radicalmente distinto al vivido justo hace un año. Y es que a principios de 2018 se produjo la «rebelión» del consejero José Moreno Carretero, que reclamó sin éxito separar el cargo de presidente y de primer ejecutivo con el nombramiento de un consejero delegado y más sillones en el consejo. Un pulso que terminó con su expulsión del consejo en la junta de accionistas de 2018.
Un año más tarde, Manrique ha destacado en varias ocasiones durante su discurso la «unión» del consejo. Y cuando se le ha preguntado por la posibilidad de separar el cargo de presidente del de consejero delegado ha señalado que «la compañía tiene ya 4 o 5 consejeros delegados» y que aunque ambos modelos de gestión (la de aglutinar las funciones y la de separar los cargos) «son válidos», Sacyr seguirá con el actual.
El directivo también hizo referencia a que el máximo órgano de gestión de la compañía tiene encima de la mesa el resultado de un «informe pericial financiero» que se ha realizó sobre la actuación de Moreno Carretero, por lo que no es descartable que se inicien acciones legales contra la actuación de este consejero.