En la búsqueda por crear y registrar sobre el papel pautado una gama de sonoridades más amplia, el compositor explora las posibilidades técnicas de los instrumentos musicales, y lo hace en colaboración estrecha con el intérprete; juntos se aventuran en el diseño de nuevos conceptos sonoros y que al final dan como resultado dos estratos en el lenguaje de la música: por una lado el desarrollo de distintos signos escriturales en la partitura para representar sonidos inauditos surgidos de esta exploración; y por el otro, el progreso de la técnica aplicada al instrumento para reproducirlos.
Uno de los recursos que viene a extender el glosario del lenguaje musical en los últimos tiempos es conocido como “Multifónicos”.
El resultado que se busca es que los instrumentos de viento (una flauta, por ejemplo) puedan tocar más de dos notas simultáneamente (un acorde). Esto se logra con el recurso de los sonidos armónicos que despliega por vibración sincrónica el tono real, o sonido fundamental (según la definición de los tratados de armonía).
En el caso de los instrumentos de cuerda (violín), los armónicos continuos vienen a enriquecer la gama melódica de una manera cristalina. El paso siguiente es aplicar este bagaje tímbrico con un sentido expresivo para finalmente alcanzar el nivel de obra artística (recordemos que la técnica es sólo un medio).
La historia reciente de la música registra el año 1958 como la primera referencia de haberse puesto en práctica sobre una partitura los multifónicos. Se trata de la pieza intitulada Sequenza 1, para flauta, del compositor italiano Luciano Berio (1925-2003). A partir de ahí un sinnúmero de compositores de la segunda mitad del Siglo XX se verán motivados a escribir música bajo este procedimiento.
Es así como la vanguardia de la postguerra, sobre todo con la llamada “escuela italiana” (Berio, Bussotti, Donatoni) dominarán ampliamente el panorama de la música escrita con recursos multifónicos.
En la actualidad, en las primeras décadas de este Siglo XXI, la multifonía ha madurado de tal manera que los compositores de la postmodernidad han alcanzado un virtuosismo en cada una de sus obras que bien ha superado el nivel de prueba en su desarrollo.
Si hay algo que distingue la producción musical hoy en día es su amplio espectro sonoro,y que representa en la actualidad el nivel que mantiene la producciónmusical donde la exploración del sonido es parte medular en su proceso de creación.
Todo ello nos hace reafirmar la idea de que el arte de la música del Siglo XXI nos seguirá dando a escuchar sonidos inimaginables.