La nueva ola de políticas industriales y el aumento de la competencia por las inversiones internacionales han provocado el auge global de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), señaló este miércoles con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Se trata de un esquema con el que México participaría hasta que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador las canceló.
Según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2019 de la UNCTAD, 145 economías tienen alguno de este tipo de proyectos y su crecimiento alcanza las 5 mil 400 zonas Económicas Especiales contra 4 mil registradas cinco años atrás, con otras 500 en etapa de proyecto.
“Hay numerosos ejemplos de zonas económicas especiales que han sido clave para transformar las economías, facilitar una mayor participación en las cadenas de valor mundiales y acelerar la modernización industrial” dijo el Secretario General de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi.
También reconoció que existen casos en los que no tienen éxito: “por cada caso ejemplar hay muchas que no atraen a los inversores esperados, y algunas acaban siendo fracasos muy costosos”.
Las zonas industriales, que ofrecen incentivos fiscales y normas más flexibles para atraer la inversión extranjera directa (IED), son habituales en la mayoría de las economías en desarrollo y muchas economías desarrolladas.
Para adaptarse a las nuevas reglas del juego global, las ZEE dejan de concentrarse en la manufactura diversificando hacia los nuevos sectores como la alta tecnología, servicios financieros o el turismo. Otras apuntan al desempeño ambiental, la comercialización de la ciencia, el desarrollo regional o la regeneración urbana.
El informe presentado este miércoles en Ginebra por esta oficina de las Naciones Unidas, observa que solo unos pocos países evalúan periódicamente el desempeño y los efectos económicos de sus zonas económicas especiales y propone, en consecuencia, un estado de resultados de las zonas en términos de desarrollo sostenible.
Entre las recomendaciones, insiste en la necesidad de la sostenibilidad financiera y fiscal de las zonas, ya que su impacto global en el crecimiento económico puede tardar en concretarse.
En México el proyecto de siete zonas Económicas Especiales, impulsado por el presidente Peña Nieto, quedó cancelado ante las prioridades de la nueva administración.
El objetivo de impulsar el sureste del país con diversos proyectos, como el Corredor Interoceánico, considera a cinco de los estados que contarían con alguna de las ZEE.
