Idolatrado en su país natal, David Ortiz recorría las peligrosas calles de Santo Domingo con poco o nulo personal de seguridad. Confiaba en que sus fanáticos lo protegerían. El martes, el extoletero de los Medias Rojas se encontraba en terapia intensiva en Boston, donde se recuperaba del balazo que recibió en la espalda el domingo en el referido bar.