Jordi Sànchez dio comienzo a su último turno de palabra citando a Sócrates para decir que «es mejor sufrir una injusticia que cometerla», en referencia a la situación en la que se encutran él y el resto de líderes independentistas.
El presidente de Asamblea Nacional Catalana (ANC) se ha definido a sí mismo como una persona de gran vocación política que ha desarrollado a través de ONG, movimientos sociales y asociaciones. «Me encontraba cómodo en el activismo social, en el activismo comprometido con los valores democráticos», aseguró Sànchez.
De esta manera, el acusado ha negado cualquier atisbo de violencia en el 1-0 y en el proceso independentista. «No fue una jornada violenta. Hemos oído hablar de violencia y banalizarla (...) Lo podrán decir mil veces pero no podrán convencer a la gente que estuvo allí que eso fue una jornada de violencia. Fue el mayor acto de desobediencia política de Europa, un acto de afirmación y dignidad, de disidencia», aseguró Sànchez.
El presidente de la ANC también ha querido citar a organismos como Amnistía Internacional para hablar de los apuntes que debería tomar España. «Hemos pasado de un conflicto político a un conflicto de derechos y libertades», argumentó Jordi Sànchez, quien se considera víctima de una injusticia, de un dolor causado por el Estado».
«La urna no es el instrumento de un golpe de estado (...) En Cataluña votaremos y lo haremos como un acuerdo con el estado español. Quizá yo no veré la independencia de mi país pero espero ver que ese acuerdo llegue legitimamente como ha pasado con los escoceses y otras gentes de nuestro entorno», defendió Sànchez.
