La maternidad es sacrificio y nos consumimos tanto con los niños que nos olvidamos de cuidarnos a nosotras mismas. Ser madre es un trabajo hermoso, pero a la vez interminable, y anteponemos las necesidades de la familia a las nuestras. Con el caos que nos rodea, parece imposible cuidarnos, pero debes tomarte un momento para hacer algo por ti misma. Quiero que te unas a mí y te comprometas con alguna forma de self-care o cuidado personal.
Los primeros dos factores son mente y alma. Muchos tienen problemas de salud mental y después de tener un bebé, enfrentamos depresión y ansiedad posparto. Es importante que cuentes con una red familiar que te brinde apoyo y que seas consciente de tus pensamientos. La maternidad nos hace felices, pero también nos trae emociones de soledad, ira, tristeza y estrés. A veces te sientes como un robot. Te pierdes en la rutina de la limpieza, lavar la ropa, llevar a los niños a sus actividades y cargas el peso de la casa en tus hombros. Tu eres la base de tu hogar y que mantiene unida a la familia, pero internamente puedes desmoronarte.
Puedes aplicar el self-care de tu mente y alma a través de la meditación, la escritura, la lectura, el arte, la música, la oración y la terapia. También pasar tiempo sola o con la familia y amigos sin los niños. Es crucial ser consciente de una misma, liberar esas emociones y canalizar esa energía en algo positivo. Si internalizamos esos sentimientos, podemos desquitarnos con la persona equivocada y provocar otro tipo de problemas. Esto lleva a discusiones con nuestra pareja, familiares, amigos o lo que es peor, podemos arremeter contra nuestros hijos. No dejes que esa negatividad entre a tu hogar.
Cuidar nuestro cuerpo puede ser lo último en nuestra lista de prioridades. Limpiamos la casa pero no nos tomamos el tiempo para darnos una ducha decentemente. Yo corro para ducharme con la puerta abierta o incluso con el bebé dentro del baño. Además, no comemos saludable, sino las sobras de nuestros hijos o garnachas. Llevamos a los niños a sus actividades, pero no realizamos algún tipo de actividad física. Nos aseguramos de que los niños estén bien vestidos, pero nosotras nos ponemos cualquier cosa; apenas y pasamos un peine por nuestro cabello. Guardamos nuestros vestidos, tacones y maquillaje en nuestros armarios. Nos preocupamos por nuestros hijos cuando están enfermos, pero cuando estamos enfermas no acudimos a un médico. ¿Cómo podemos mantener la casa funcionando si nos quedamos sin gasolina?
Si estás enferma, no lo ignores, acude a un médico porque podrías sufrir una enfermedad seria. Mientras preparas la cena, elabora comidas más sanas y transmite esos hábitos a tus hijos. Mantener la casa en orden es agotador, pero es necesario hacer ejercicio. Puedes correr, caminar, trotar, hacer yoga, zumba, entrenamiento con pesas, nadar, ir al gimnasio, etc. Es preciso cuidar tu belleza exterior e ir a la peluquería, a la estética por manicure y pedicure o masaje. También ir de compras. Tu tiempo puede ser limitado, pero hacer ese esfuerzo te hará sentirte mil veces mejor. Así que cuando salgas, aunque sea para ir al mercado, ponte un lindo atuendo y algo de maquillaje.
Por supuesto, en cuanto a self-care es más fácil decirlo que hacerlo. Puedes o no tener ayuda, pero debes comprometerte con cuidar tu cuerpo y mente. Ya sea una clase de ejercicio cada semana o 5 minutos de meditación diaria, pero debes hacer algo. Mamá, tu familia te necesita, pero lo más importante es que tú te necesitas.
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