Los políticos tienden a sacar las tijeras de las inauguraciones cuando se van acercando las fechas electorales. Y con la reciente celebración de la triple cita del 26-M no ha sido distinto. Una vez pasada la euforia de los comicios todo vuelve a la normalidad y la licitación sufre un parón casi absoluto hasta que las nuevas administraciones se ponen en marcha.
Pero hasta el mes de abril, apenas un mes antes del 26-M, la licitación de obra por parte de las administraciones públicas se disparó hasta alcanzar los 6.656,3 millones de euros, un 44,2% más que en el mismo periodo de 2018, gracias, además de por las citas electorales, por el impulso de los proyectos del AVE.
Es precisamente en el desarrollo del tren de alta velocidad donde la cifra se ha disparado exponencialmentre. La licitación de proyectos de ferrocarril de Alta Velocidad se multiplicó por más de cuatro hasta alcanzar un 321% más, llegando a 1.040 millones de euros, o lo que es lo mismo, la mitad de la obra promovida por Fomento y un 15% de total del país.
El objetivo de Fomento es mantener a España como uno de los principales referentes mundiales de la alta velocidad, con una de las redes ferroviarias más extensas del mundo, con 2.852 kilómetros. A medio plazo, Adif tiene planeado sumar 1.965 kilómetros, con el objetivo final de alcanzar los 4.817 kilómetros.
Dos de las principales inversiones se han centrado en los corredores asturiano y vasco con licitación de contratos de suministros y obras de los tramos del AVE a Oviedo, Gijón y Burgos, por un lado, y Vitoria, Bilbao, SanSebastian y Pamplona por otro.
De este modo, el ministerio que dirige José Luis Ábalos volvió a convertirse en el primer órgano inversor de la Administración central, promoviendo obras por valor de 1.958,7 millones de euros. Este importe supone casi triplicar el de un año antes, un 162% más a pesar de no estar aprobados los Presupuestos de 2019. El Ministerio también disparó un 52,6% la inversión en obras de carreteras, por valor de 353,4 millones. La licitación de proyectos en puertos creció un 84,9%, hasta los 197 millones, si bien este caso los trabajos los costean las autoridades portuarias y no se realizan con cargo a los Presupuestos. Lo mismo ocurre con los proyectos aeroportuarios, que también se elevaron 34,6%, hasta los 174,5 millones de euros.
Al margen de la Administración central, nadie quería verse fuera de una foto que pudiera darle algún tipo de rédito extra ante sus electores. Por eso, las administraciones locales y las comunidades autónomas promovieron dos de las terceras partes de las obras lanzadas hasta abril, el 66% del total –Fomento licitó el otro 29%–, según datos de la patronal de grandes constructoras y concesionarias Seopan.
Las administraciones locales supusieron el principal motor de la obra pública de todo país. Hasta abril, ayuntamientos, diputaciones y cabildos licitaron proyectos de obras de construcción por 2.418,6 millones de euros, el 36,3% del total estatal, un 17,2% más en su comparación con el año anterior. Por su parte, los gobiernos regionales lanzaron en conjunto proyectos por 2.010 millones de euros en el primer cuatrimestre, un 22,7% más que hace un año y un 30,2% del total.
Andalucía lideró la promoción de obras regionales de los cuatro primeros meses, al sacar a concurso proyectos por 423 millones, un 30% más, por delante de Canarias, que sumó proyectos por 351 millones, casi siete veces más que un año antes gracias al lanzamiento de un plan de carreteras fruto de un convenio con el Estado. La licitación de obras se duplicó (+113%) en Cataluña en este periodo, donde supuso una inversión de 258 millones y, por contra cayó en Madrid un 55%, hasta 180,8 millones.
La obra pública continúa así al alza este ejercicio, después de que cerrara 2018 en su volumen máximo de los últimos ocho años.
