Está por anunciar sus intenciones por buscar la reelección en la presidencia de Estados Unidos y Donald Trump recurre a la vieja fórmula que le dio el triunfo en noviembre de 2016, su discurso de culpar a México de todos los males de su país.
No importa si afecta a los indicadores financieros, ni la paridad cambiaria, ni a los productores de Estados Unidos, anuncia aranceles para los productos mexicanos del 5 por ciento y será gradual su incremento si México no detiene el flujo migratorio.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contestó la semana anterior con una carta en la que le avisa a Trump que él no es cobarde ni timorato. Trata de mostrar firmeza y prudencia y envía a Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, para tratar con Mike Pompeo, secretario de Estado a negociar.
Pero Trump ya tiene experiencia y lo que menos le interesa es negociar y sí cumplirle a la tribuna, a su base electoral, esa que recibe muy bien la idea de que México es culpable de las drogas que llegan a Estados Unidos, o las oleadas de inmigrantes africanos, centro y sudamericanos que pretenden pasar la frontera por nuestro país.
A Trump le tiene sin cuidado que por el anuncio de las medidas arancelarias, el consumidor estadounidense tenga que pagarlas. Tampoco que las empresas de EU que tienen fábricas en México sufran los efectos de las decisiones de su presidente.
Mientras tanto, en México los empresarios están en la incertidumbre.
Hace unos días, el pleito de Trump era con China, otra de las fórmulas seguras que aplica el presidente de EU para ganar popularidad entre sus votantes.
Eso abría una oportunidad para los empresarios nacionales, incluidos los guanajuatenses, quienes veían un panorama prometedor para aumentar sus exportaciones a EU.
Pero Trump va por todo por la nominación de su partido para las elecciones de 2020 y no importa los muertos que deje en el camino, figuradamente hablando, por supuesto. Muertos económicos, sería más preciso.
Se necesita firmeza para impedir esas medidas arbitrarias que afectan a los dos lados de la frontera. En Twitter hasta proponen que quien negocie con Trump sea el boxeador mexicano Andy Ruiz Jr., flamante campeón mundial de peso completo, el primero de la historia para nuestro país. Buena puntada.
La pelota está en la cancha del gobierno federal para negociar con la administración de Trump, y en esto debe existir el apoyo de todos. Hay que defender a México, no es momento de divisiones.
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