Hace 54 años, cuando se creó la Dirección de Pensiones del Estado, la institución era ejemplo a nivel nacional de política de seguridad social para los trabajadores al servicio de los gobiernos de los estados y sus municipios. Hoy, el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal) es un modelo de irresponsabilidad, impunidad, negocios al amparo del poder y corrupción. Quién iba a imaginar que el organismo concebido por Agustín Yáñez e institucionalizado por Francisco Medina Ascencio, terminaría convirtiéndose en el más grande monumento a la corrupción. El Ipejal acusa hoy una larga lista de irregularidades:
En Chalacatepec. El desfalco al dinero de las pensiones y jubilaciones inició en Ipejal con Emilio González Márquez, debido a los 89 millones de dólares invertidos en el fraudulento proyecto de Chalacatepec. Deliberadamente se compró a sobreprecio este predio de mil 200 hectáreas, pagando 13 dólares por metro cuadrado, cuando costó sólo 1.6 dólares. No obstante, en el nuevo proyecto inmobiliario de Chalacatepec resultante de la Manifiesto de Impacto Ambiental, se construirá sólo sobre 164 hectáreas, eliminando –entre otras cosas– el alegre campo de golf proyectado. Es decir, de las mil 200 hectáreas compradas, sólo podrán explotarse 164, esto es, el 13.7 por ciento de todo el predio adquirido a sobreprecio. Peor aún, a pesar de que IPEJAL aportó el 48.5 por ciento de los recursos para “el nuevo Cancún” [89 mdd del Ipejal y 94 mdd de Rasaland], hoy día Ipejal conserva sólo el 24 por ciento de las acciones.
En las Villas Panamericanas. También, 340 millones de pesos en Villas Panamericanas. Lo anterior, porque el desarrollador de las Villas Panamericanas, Corey Integra, no obtuvo créditos por los Bancos, debido a que se trataba de un proyecto de alto riesgo, ilegal, en virtud de nunca contaron con el permiso de habitabilidad y el estudio de impacto ambiental [por estar asentada en una zona de recarga para mantos freáticos]. En Abengoa. Con las aportaciones de los trabajadores, en 2014 se dispusieron 603 millones de pesos, con los cuales se adquirieron certificados bursátiles en una empresa que llevaba tres años en proceso de quiebra financiera, y que acumulaba una larga lista de incumplimientos y dificultades económicas. Hoy, es una “inversión” de 603 millones de pesos en bonos de deuda para una empresa española que se transformaron en ¡tres pesos con 98 centavos!, en un malabarismo que el mismo David Coperffield envidiaría. Abengoa es otra de las sesudas asesorías del conocido coyote de cuello blanco, ese de apellido de prosapia (¿Petersen?), eufemísticamente llamado ‘consultor financiero’, que está detrás de los más grandes fraudes al patrimonio de Jalisco.
En las Medicinas. No sólo es el hecho de que hay una insultante y flagrante falta de medicamentos en las unidades médicas familiares de Pensiones. Otras de las principales irregularidades consisten en la presunta falsificación de medicamentos, y se desprende de una revisión realizada por la Cofepris. Las piezas falsificadas fueron surtidas por Abastecedora de Insumos para la Salud (Abisalud), responsable de suministrar y administrar medicamentos a Ipejal del 1 de diciembre de 2016 al 27 de julio de 2018. Esa empresa ha estado involucrada en temas de fraude en el manejo de las farmacias del Ipejal y en la venta a sobreprecio de medicamentos. Hoy, Abisalud es una investigación nacional, que para las autoridades locales pasa absolutamente desapercibida.
En las Inversiones. Tiene 10 mil 400 millones de pesos distribuidos en cuentas que se localizan en Suiza, Estados Unidos y México; inversiones de riesgo que no explican. En los Préstamos al margen de la ley, para funcionarios de primer nivel en el Gobierno Estatal. El saqueo a los ahorros de los trabajadores no sólo ha sido por esas sesudas transacciones financieras, sino que también por la pertinaz práctica de otorgar préstamo rebasando los montos máximos permitidos. En las Pensiones desorbitadas. Otorgan mega pensiones a funcionarios que cotizan 30 años con una clase de secundaria y se jubilan con sueldo de regidor, diputado, magistrado o secretario del gabinete estatal, por haber cotizado con ese sueldo el último, o los tres últimos años, entre otras monerías...
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