La final del pasado sábado en la Liga de Campeones de Europa me comprobó que la próxima vez que algún futbolista o entrenador declare que van a jugar un partido como una final, nos debemos de preocupar.
Al cierre de la actual temporada en México y Europa las finales del torneo Clausura 2019 y Liga de Campeones, respectivamente fueron poco entretenidas y con un equipo en la cancha (ganador) dando prioridad a defender renunciando al ataque.
Para los aficionados de los equipos involucrados en las finales la tensión durante el partido está justificada por el trofeo que estuvo en juego.
Para el resto de los espectadores fueron partidos comunes que se pueden ver en las jornadas 8 o 12 de cualquier fase regular de un torneo de liga.
Entiendo la presión de los futbolistas en la cancha por ganar un título, pero es evidente que quienes seguimos los partidos por televisión tuvimos una charla adicional que nos ayudó a ver con más ligereza un espectáculo poco atractivo.
El concepto “jugar una final” tiene que ser redefinido porque se tiene que ubicar si se trata de jugar con intensidad o de ganar.
Cruz Azul jugó hace seis meses una final sin ninguno de los dos elementos anteriores. León y Tottenham tuvieron más tiempo el balón y más llegadas a portería contraria pero no ganaron.
Tigres y Liverpool levantaron el trofeo pero defendiendo 90% del tiempo y con notables intervenciones de los porteros.
Entonces, la próxima vez que escuche de un elemento de su equipo favorito la frase “jugar como una final”, piense dos veces si es lo que usted, como aficionado, quiere.