El déficit autonómico de Aragón se ha reducido un 83% en el último cuatrienio, desde 2015. Ha sido un drástico recorte: desde los 721 millones de números rojos que se dieron en 2013, o el agujero de 691 millones que dejó 2015, se ha pasado a los 120 millones de déficit con que se cerró 2018. Ese fuerte descenso, sin embargo, no se ha producido por un ajuste de los gastos, sino por una escalada de los ingresos. De hecho, el gasto no ha parado de aumentar desde 2014.
Según los datos certificados por el Ministerio de Hacienda, el Gobierno aragonés maneja actualmente, en números redondos, mil millones de euros más que en 2014. El aumento de los ingresos ha sido tremendo. De un 23,5% en solo cinco años.
Este incremento ha apuntalado las cuentas del Ejecutivo regional y le ha permitido afrontar con comodidad la reducción del déficit, pese a que ha seguido gastando cada vez más. Pese a que los ingresos se han disparado, la Administración autonómica sigue gastando por encima de sus posibilidades. De ahí que el año pasado se cerrara con un déficit de 120 millones de euros.
Sin contar el dinero que obtiene prestado -la deuda pública que suscribe cada año-, el Gobierno aragonés manejó el año pasado 5.137 millones de euros. Pero hizo corto, porque se gastó 5.257 millones. En estas cifras no se incluyen esas operaciones de deuda pública, es decir, el dinero que cada año recibe prestado de nuevas para afrontar las amortizaciones obligatorias de deudas pasadas y para enjugar el déficit que deja cada ejercicio.
El gasto público no financiero de la Comunidad autónoma -todo el gasto público, excepto operaciones de deuda- vuelve a rondar los 5.300 millones de euros. Es la cifra más alta desde 2012, cuando la crisis económica forzó a un drástico y urgente recorte del gasto público, porque las cuentas de las administraciones se asomaban a un alarmante precipicio.
En 2009, en Aragón, el gasto no financiero de su sector público autonómico rozó los 5.800 millones de euros. Los recortes lo redujeron hasta los 4.750 millones de euros. Pero, en cuanto llegaron los primeros síntomas de recuperación económica, Aragón y el resto de autonomías volvieron a engordar sus gastos. En 2015 se elevaron hasta los 4.986 millones de euros, en 2017 llegaron a 5.075 millones, y en 2018 ascendieron a 5.257 millones de euros. Previsiblemente, este 2019 volverán a aumentar, porque no ha habido medida alguna que apunte a que se vaya a frenar esa escalada del gasto, pese a que el Gobierno aragonés está instalado en la prórroga presupuestaria porque el Ejecutivo de Javier Lambán no logró apoyos suficientes para aprobar las cuentas de 2019.
Esa escalada del gasto que se viene produciendo desde 2014 se concentra, mayoritariamente, en el capítulo de personal, en los sueldos. En los cinco últimos años han engordado las plantillas de los gobiernos autonómicos, también en Aragón. En esta región, su sector público autonómico gasta ahora en sueldos 500 millones de euros más al año que en 2014.
