Los resultados electorales del 28 de abril y del 26 de mayo, y las tensiones internas entre Pablo Casado y algunos líderes autonómicos, tienen al PP en un estado de crispación. Las dudas sobre el futuro del partido, y de sus dirigentes, impiden dar una sensación de estabilidad que necesita.
Tal y como se informó en estas páginas, altos cargos del partido afirman en privado que en el PP está comenzando una guerra fría entre Pablo Casado e importantes barones regionales, con el gallego Alberto Núñez Feijóo como punta de lanza. Una disputa que tiene a otras ejecutivas autonómicas en alerta, por si puede tener “consecuencias”.
Dirigentes del PP consultados por Confidencial Digital advierten que varios líderes del partido en las comunidades autónomas han quedado “muy tocados” por los malos resultados cosechados tanto en las generales como el 26-M. Y, por eso, empiezan a extenderse rumores sobre congresos extraordinarios en algunas regiones.
Pese a ello, las ejecutivas regionales con las que ha contactado este diario, y que en teoría podrían correr peligro por los malos resultados en las urnas, no ven ningún tipo de amenaza procedente de Madrid: “El nuevo PP necesita asentarse, pero no solo a nivel nacional. Por eso, no podemos iniciar ahora un nuevo proceso de cambio”.
Desde las diferentes direcciones autonómicas recuerdan que hace apenas dos años, en la primavera de 2017, se celebraron, en la mayoría de las comunidades autónomas, congresos regionales para renovar las ejecutivas. Por tanto, estas elecciones del 26-M han sido las primeras a las que han tenido que presentarse muchos líderes regionales.
En ese sentido, la tesis es clara: “Si Casado no se va porque solo se ha presentado a unas únicas elecciones y las ha perdido, nosotros tampoco”. De hecho, añaden la siguiente reflexión: “Es difícil que Génova abra ese melón porque se le puede venir en contra”.
Además, candidatos que no han cumplido las expectativas, como Alfonso Martínez Mañueco (Castilla y León), Fernando López Miras (Murcia), Luis María Beamonte (Aragón), María José Sáenz de Buruaga (Cantabria) y Asier Antona (Canarias) todavía tienen opciones de gobernar.
Otros, como Isabel Bonig (Comunidad Valenciana) y Biel Company (Baleares) recuerdan que se celebró congreso regional hace dos años y defienden su continuidad. En Génova, sin embargo, replican que la presidenta del PPCV llegó al cargo en 2015 para sustituir a Alberto Fabra, aunque ven “poco probable” un congreso extraordinario.
Con los resultados del pasado 26 de mayo en la mano, los líderes del PP más señalados son José Antonio Monago y Paco Núñez, que no lograron impedir la mayoría absoluta del PSOE en Extremadura y Castilla-La Mancha, respectivamente.
No obstante, de ambos, solo Monago puede ver peligrar su puesto: “Él lleva al frente del PP extremeño desde hace 11 años, pero Paco sustituyó a María Dolores de Cospedal hace menos de 10 meses. Lleva menos tiempo, incluso, que Pablo Casado”.
Los “años de crucero” pueden jugar en contra de Monago, pero también de Mercedes Fernández. La presidenta del PP de Asturias llegó al cargo en febrero de 2012 y, además, fue descartada por Casado como candidata al Principado. Además, fue de las pocas voces críticas en el Comité Ejecutivo Nacional posterior a las generales. Muchos creen que “Ya está de salida”.
