Hasta el año 2015, el reparto del hemiciclo no conllevaba grandes problemas. El PSOE se adjudicaba el tercio izquierdo, el PP el tercio derecho y si necesitaban más escaños crecían hacia el tercio central, donde se ubicaban también el resto de los grupos. La mayor tirantez es la que mantenían IU y los socialistas por los escaños situados más a la izquierda del tercio izquierdo. IU aspiraba a ocuparlos para reforzar su mensaje de ser el partido más a la izquierda, pero el PSOE siempre lo evitaba y relegaba a su competidor a otros escaños dentro de ese tercio.
La llegada del multipartidismo empezó a complicar las cosas. En 2015, después de un polémico primer intento de PP y PSOE de enviar a Podemos al denominado «gallinero» -las filas traseras de cada tercio- el reparto del Salón de Plenos se zanjó dividiendo a la formación morada entre el tercio izquierdo y el tercio central. La caída de la antigua Convergencia y su paso al Mixto facilitó las cosas dejando libre las primeras filas del tercio central a la izquierda, donde se ubicó a Ciudadanos. Pero el crecimiento del PSOE y la llegada de Vox complican esta vez y más que nunca el reparto del hemiciclo.
Primera fila y pasillo
Los escaños más buscados son los situados en la primera fila tras el Gobierno, con salida directa al pasillo. Todos los líderes políticos aspiran a sentarse en uno de estos asientos porque tienen mejor tiro de cámara y son más cómodos para entrar y salir. Pero solo hay seis en todo el hemiciclo, dos por cada tercio. El aumento de los diputados socialistas permite a este grupo ocupar todo el tercio izquierdo y expulsar a Podemos hacia el tercio central, un movimiento que el PSOE ya planea y que dejaría libres solo cuatro escaños de primera fila con salida al pasillo para repartir entre seis partidos: PP, Ciudadanos, la formación morada, Vox, ERC y el PNV. Al grupo vasco siempre se le ha concedido uno de estos puestos aunque hubiera grupos con mayor número de diputados y los socialistas no tienen ninguna intención de cambiar esta tradición. «El PNV es inamovible de la primera fila, es un socio completamente fiable y ahí lo vamos a mantener. El PP, Ciudadanos y Podemos también tienen que estar en primera fila. El PP en su sitio de siempre, así que Vox y ERC no caben en las primeras filas, tienen que irse hacia atrás. Y probablemente,Vox más atrás que ERC», subrayan fuentes socialistas, que insisten en que este esquema está, no obstante, sujeto a cambios y que el objetivo es alcanzar un acuerdo con el resto de formaciones.
En esta idea preliminar del PSOE no entra, por tanto, conceder el privilegio de la primera fila a Vox -al que pretende enviar al gallinero- pese a cuadruplicar en escaños al grupo vasco no tampoco a ERC que más que duplica en escaños al PNV. Con esta idea, totalmente irrespetuosa con la proporcionalidad, los socialistas empiezan a encajar las piezas y ya solo les quedan cuatro asientos de primera fila y pasillo para repartir entre cuatro grupos. No parece difícil. Sin embargo, el escollo reside ahora en qué líder se sienta en cada uno de ellos. Los socialistas quieren que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ubique a la izquierda del tercio central, un escaño que siempre ha ocupado el portavoz del PNV, hoy Aitor Esteban, que el partido mayoritario quiere enviar a la derecha del tercio central, al asiento que utilizó el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Siguiendo esta idea, el líder de la formación naranja pasaría a sentarse a la izquierda del tercio derecho. Y a la derecha del tercio derecho mantendría su sitio el presidente del PP, Pablo Casado. Iglesias asume su mudanza al tercio central, pero la polémica puede surgir por el cambio de Rivera ya que Ciudadanos ha mantenido desde el primer momento su deseo de mantener la posición de la legislatura anterior y crecer hacia el tercio derecho, pero no mudarse a éste. Y previsiblemente menos aún si la razón es hacer sitio al PNV.
En cuanto al resto de partidos, la idea del PSOE es colocar al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, por detrás del PNV en la tercera fila, del tercio central. Los reoublicanos adelantarían así su posición respecto a la legislatura anterior, cuando se ubicaron unas filas detrás. Y al líder de Vox hacia atrás dentro del tercio derecho. «Pensamos que Vox y los independentistas es mejor que no estén al lado. Si hay que sentar a algunos diputados más en el tercio central, por detrás de ERC, mejor que sean de Ciudadanos, pero aún tenemos que verlo», explican fuentes socialistas. Los cuatro secretarios de la Mesa del Congreso se reunirán el próximo miércoles para intentar cerrar un acuerdo.