Todos los grandes del fútbol europeo están muy enfadados con la UEFA, excepto, por supuesto, los dos beneficiados, el PSG y el Manchester City, que se han gastado miles de millones de euros en fichajes con cheques publicitarios de sus jeques, sin justificar ese dinero en sus presupuestos.
El Real Madrid,
el Bayern, la Juventus, el Atlético, el Borussia Dortmund, el Liverpool, el Bayern, el Chelsea, el Arsenal y el Tottenham están molestos con ceferin por la injusticia
El Real Madrid,
el Bayern, la Juventus, el Atlético, el Borussia Dortmund, el Liverpool, el Bayern, el Chelsea, el Arsenal, el Tottenham y muchos equipos más están molestos con Aleksander Ceferin, presidente del máximo organismo del fútbol europeo, por hacerles pagar a ellos las trampas del City y del París Saint Germain.
Ceferin salvó al PSG por un defecto de forma y premió a los tramposos con un puesto para Al-Khelaifi en el comité ejecutivo de la UEFA; acto seguido, impuso la mano dura para todos: cien millones de gastos extras sobre lo que vendan. Ha aplicado a todos los clubes «serios» lo que nunca hizo con el City y con el PSG, que con esta normativa no habrían podido fichar ni a Neymar, ni a Mbappé ni a centrales por 80 millones
Investigados durante años sin ser sancionados, el castigo le iba a llegar al PSG en el mes de febrero, por no poder justificar sus dispendios, pero el dirigente de la UEFA permitió un defecto de forma para no dejar a los franceses fuera de la próxima Champions.
Tramposo y premiado
Salvado su amigo Al-Khelaifi, al que premió además con su ingreso en el comité ejecutivo de la UEFA, Ceferin hizo borrón y cuenta nueva y aplicó a todos los equipos del continente la norma que nunca impuso a los dos ricos: desde ahora solo podrán fichar por un valor de cien millones de euros más del dinero recaudado por las ventas de futbolistas.
El sueño de Mbappé. Si el PSG le traspasara, el Real Madrid podría vender a veinte jugadores, incluidos los doce cedidos
Javier Tebas, el presidente de la Liga, ha sido un ariete en esta lucha contra los tramposos del PSG y el City. Al final ha ganado una batalla, pero el máximo responsable del balompié continental ha pasado factura a todos los equipos injustamente.
Veinte hombres en venta
Pagan justos por pecadores. Sufren el golpe todos los equipos, no los dos clubes forjados a costa de los petrodólares. Si esa ley se hubiera aprobado antes, el PSG no tendría hoy ni a Neymar ni a Mbappé, pues no posee presupuesto para comprarlos. Ni el City se habría podido gastar dos mil doscientos millones en adquisiciones.
El Real Madrid, que va a ser de nuevo el protagonista del mercado tras cuatro años de gastos prudentes, debe lidiar hoy con la nueva reglamentación y tiene vender jugadores por un mínimo de 250 millones para realizar la inversión que tiene prevista, que oscilará entre los 350 y los 410 millones.
Eriksen o Pogba. La idea inicial es fichar un mediocampista, no a los dos, pero todo puede cambiar si son accesibles
Fichados anteriormente un central y un delantero, Militao y Rodrygo, por un montante total de 95 millones, la planificación inicial del club es contratar cuatro hombres: Hazard (100 millones), Jovic (65), Eriksen (80) y Ferland Mendy (45). Esta inversión significaría 290 millones. Si Pogba pudiera ser contratado su coste ascendería a 140 millones, pero la entidad no calibra ahora mismo traer a los dos centrocampistas, Eriksen y Pogba. Primará el fichaje de uno. Pjanic, representado también por Fali Ramadani, el agente de Jovic, es una tercera opción.
El sueño madridista de Mbappé, que en teoría podría cumplirse el próximo año, supondría un gasto de 250 millones. Si pudiera venir este verano, el Real Madrid tiene capacidad para traspasar a veinte futbolistas, incluidos los doce cedidos que ahora retornan a la empresa, entre lo que destacan James (60 millones), Kovacic (55), Raúl de Tomás (35), Theo Hernández (25) y Borja Mayoral (25). Junto a ellos, la casa blanca puede hacer caja con Bale (85), Isco (80), Marcos Llorente (35), Ceballos (50), Keylor (15) y, si fuera necesario, hasta Lucas (60) y Nacho (45). La nueva norma Ceferin prima los traspasos y castiga las cesiones, que no contabilizan como dinero recaudado.