Tenía 88 años. Y una obra intelectual soberbiamente influyente. Michel Serres murió anteayer. Puede que en España su nombre no resulte tan sonoro como el de su amigo Michel Foucault. Pero es igual su influencia. Cada cual deberá elegir su preferencia en una obra que atraviesa una vasta amplitud de campos. Para mí será siempre el docto comentarista de Lucrecio, el erudito que desgranó el inagotable cúmulo de saber científico clásico que cupo en un poema de 7.400 versos llamado De rerum natura.
La muerte de un hombre sabio remueve los archivos que duermen en las hemerotecas. De uno de esos archivos, una entrevista del año 2011, proviene esta reflexión sencilla e indispensable sobre la excedencia de la política en sociedades...
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