Las autoridades brasileñas encontraron este lunes a al menos 42 presos muertos en cuatro cárceles de Manaus, capital del estado de Amazonas (norte del país), que se añaden a los 15 internos hallados sin vida el domingo en otro centro de la ciudad tras una pelea.
El hallazgo se produjo durante una inspección de las fuerzas de seguridad en cárceles de esa ciudad, indicaron fuentes de la Secretaría de Administración Penitenciaria de Amazonas, que informaron también de la existencia de al menos cuatro heridos.
Los 42 presidiarios hallados muertos presentaban indicios de haber muerto por asfixia, según las autoridades. Cuatro de ellos se encontraron en eplejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), donde ayer una «pelea entre presos» de dos pabellones causó 15 internos muertos, de entre 21 y 42 años de edad.
En 2017, en el mismo complejo, 56 presos murieron durante una disputa entre grupos rivales, lo que reveló el gran poder que tienen en el interior de las cárceles del país y evidenció la inseguridad, el hacinamiento y las malas condiciones de las prisiones brasileñas.
Hasta el momento se desconoce si esta nueva ola de ataques responde a una acción organizada de alguna banda criminal.
El Gobierno de Amazonas aseguró tener la situación bajo control y ha abierto una «nueva investigación» para depurar las responsabilidades de estos últimos crímenes e identificar a sus utores.
El Ministerio de Justicia anunció que enviará al estado de Amazonas fuerzas especializadas en el control de cárceles. Los motines son frecuentes en el sistema penitenciario del país, considerado por organizaciones internacionales como uno de los «peores y más inhumanos».
Según datos del Fórum Brasileño de Seguridad Publica, la población carcelaria en Brasil ronda las 700.000 personas, el doble de la capacidad del sistema penitenciario del país.