Esas imágenes de turistas en reata, haciendo cola por alcanzar la cima nevada del Everest, me ha parecido la metáfora más cuajada del nihilismo contemporáneo. Apostaría el cuello a que todos esos majaderos jamás han subido al teso desde el que se otea su pueblo; en cambio, tienen todos una necesidad existencial irreprimible de hollar las nieves del Himalaya (que, por lo que se aprecia en la foto, están más holladas que el coño de Mesalina). Chesterton se burlaba del hombre moderno que reniega del tren, por parecerle que estimula el gregarismo, y adquiere un automóvil, pensando que así podrá dar rienda suelta a sus ansias infinitas de libertad… para terminar atrapado en un atasco. Pues, a la postre, todos...
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