El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, se ha ocupado personalmente de frustrar la creación de la primera iniciativa en España de la Organización de Naciones Unidas (ONU) contra el cambio climático mediante dos cartas enviadas a la Secretaría General del organismo responsable haciendo valer su autoridad en la autonomía para evitar así que el Centro de Excelencia de Canarias para la Acción Climática (Ciceca) se instalara en la isla de Gran Canaria. Por temor a generar un conflicto institucional, con la crisis catalana sobrevolando cualquier tipo de decisión internacional que afecte a España, Naciones Unidas ha decidido paralizar un proyecto cuya tramitación comenzó en la Cumbre de Bonn de noviembre de 2017.
Clavijo envió una primera carta el 27 julio de 2018 tras conocer que por parte del Cabildo de Gran Canaria ya estaban muy avanzadas las negociaciones para crear ese centro, que tenía como objetivo actuar en las regiones que corren mayor riesgo de desastres ambientales por el cambio climático: los archipiélagos y territorios del norte atlántico y la región de la Macaronesia (Canarias, Cabo Verde, Azores y Madeira). En esa primera misiva, con un lenguaje muy sutil, el presidente canario marcaba el territorio de sus competencia y comunica a la ONU que ya tenía entonces activados mecanismos para hacer frente a esas amenazas.
Una segunda carta el 19 de febrero de 2019, muy parecida a la primera, añadía un párrafo muy elocuente: "Las iniciativas presentadas por los Cabildos insulares a la Secretaría Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas, una vez nos sean trasladadas y analizadas, contarán con nuestro apoyo". De este modo, Clavijo se daba por enterado formalmente de la existencia de una iniciativa del Cabildo de Gran Canaria, y eso sin haber recibido ninguna respuesta ni comunicación oficial a su primera carta de siete meses antes. Para tratar de justificar el veto a la iniciativa tomada por el Cabildo de Gran Canaria, Clavijo vuelve a describir en su segunda carta un pretendido escenario de avanzadas gestiones de acciones contra el cambio climático que convertirían en ociosas o redundantes otras formuladas desde el mismo territorio.
Sin embargo, no son ciertas las afirmaciones vertidas por Clavijo en sus dos cartas. La iniciativa del Cabildo de Gran Canaria ante Naciones Unidas partió precisamente de la inacción mostrada por el Ejecutivo regional en materia de cambio climático. Un observatorio que se creó con todas las solemnidades en Lanzarote en 2017 apenas ha tenido actividad, y el coordinador al que pusieron al frente, Ezequiel Navío, emitió un duro informe en diciembre de 2017 denunciando que "Canarias está desprotegida frente a la emergencia social del cambio climático por la inacción del Gobierno Autónomo de Canarias". El informe se guardó bajo siete llaves en la Viceconsejería de Medio Ambiente y solo se conoció después de que este periódico lo solicitara a través del portal de transparencia, ya que su autor se vio obligado a firmar una cláusula de confidencialidad que le impedía divulgarlo.
Entre otras afirmaciones, Navío dejó escrito que "como coordinador del Observatorio desde abril hasta septiembre de 2017, y como impulsor de la propuesta de creación del Observatorio desde junio de 2015, se me ha apartado inexplicable y deliberadamente de cuestiones fundamentales y no he recibido respuesta alguna a las diversas acciones que he propuesto para activar el organismo en todos los frentes posibles y necesarios".
Ese informe supuso una sacudida para el Gobierno de Coalición Canaria presidido por Fernando Clavijo, que tuvo que dar explicaciones en el Parlamento regional en una sesión en la que quedaron al desnudo sus carencias en esta materia. En esa sesión, la consejera de Medio Ambiente, Nieves Lady Barreto, trató de quitar hierro a su inacción afirmando que el cambio climático es un tema que no se ha querido "tomar en serio" por "ningún cargo y ninguna administración en el mundo", no solo en Canarias.
Confirmado el desinterés del Gobierno por el cambio climático, el frustrado coordinador del observatorio, Ezequiel Navío, pasó a prestar sus servicios al Cabildo de Gran Canaria, a cuyo frente hay un presidente reconocido por todos como el más comprometido con el medio ambiente en Canarias. Antonio Morales, de Nueva Canarias (NC), no tardó en aceptar las propuestas del ambientalista. Morales y Clavijo han mantenido en la legislatura que ahora termina una relación muy tensa dada la preponderancia que NC mantiene en la isla en detrimento de Coalición Canaria, reducida a una escuálida representación institucional desde 2005.
Ezequiel Navío retomó sus gestiones en la cumbre del clima de Bonn de noviembre de 2017, donde realizó los primeros contactos con responsables de Naciones Unidas para exponer las potenciales acciones de cooperación en materia de clima y espacios insulares dadas las singularidades del archipiélago canario y sus territorios homólogos.
Esas gestiones dieron pronto sus frutos, y ya en enero de 2018 el Cabildo de Gran Canaria elevaba a la Secretaría General de Cambio Climático de Naciones Unidas la apertura de un proceso de cooperación "para impulsar acciones específicas de mitigación y adaptación en territorios insulares". Desde ese momento se incluía en la propuesta información a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y la Oficina Española de Cambio Climático, luego integrados en el Ministerio de Transición Ecológica.
Las negociaciones alcanzaron su momento más álgido en junio de 2018, cuando el consejero de Desarrollo Económico, Energía e I+D+i del Cabildo de Gran Canaria, Raúl García Brink, junto a Ezequiel Navío, ya designado coordinador del grupo de acción climática de la misma Corporación, mantuvieron un segundo encuentro monográfico en Bonn, sede de la Convención para el Cambio Climático de Naciones Unidas, con nueve responsables de ese organismo.
Fue en esa reunión donde se acordó formalmente constituir un centro de excelencia de cambio climático en la isla de Gran Canaria al amparo de cuatro entidades públicas: Gobierno de España, Naciones Unidas, Cabildo de Gran Canaria y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en calidad de entidad ejecutiva.
En la actualidad existen 43 centros de excelencia de esa naturaleza en todo el mundo, y el que se proponía para Gran Canaria iba a ser el primero de España en esta temática de espacios naturales.
La iniciativa salió de aquella reunión de junio de 2018 bautizada como Canary Islands Centre of Excellence for Climate Action (CICECA) y a ella se sumó pronto el Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno de España.
Para llenar de contenido el escenario de acciones contra el cambio climático que Clavijo describió en su primera carta a Naciones Unidas, el Gobierno canario reactivó en apariencia el Observatorio Canario de Cambio Climático, un órgano que formalmente no existe porque no tiene entidad jurídica, ni estructura administrativa, ni personal adscrito. Es cierto que unas comisiones sectoriales se reúnen con cierta asiduidad, pero el observatorio como tal no lo ha hecho desde el 16 de julio de 2018, justo once días antes de que Clavijo enviara su carta a Naciones Unidas.
Preguntado por este periódico, el presidente Clavijo asegura que las comisiones que forman parte del observatorio "se han reunido 26 veces en dos años". Pero una ronda entre algunos de sus integrantes revela que hay comisiones que jamás se han llegado a reunir, y otras lo han hecho en escasísimas ocasiones.
A esa reactivación del Observatorio del Cambio Climático mediante la única reunión del 16 de julio de 2018, el presidente canario quiso darle el máximo rango institucional invitando a la ministra de Transción Ecológica, Teresa Ribera, quien encontró problemas de agenda para no asistir.
En realidad, Ribera no quiso avalar con su presencia el montaje de Clavijo y de su Gobierno, que hasta ese momento jamás había establecido contacto con el de España para las acciones contra el cambio climático de las que por entonces empezaba a presumir. De hecho, y al contrario de lo hecho por el Cabildo de Gran Canaria, el Ejecutivo autonómico jamás ha comunicado su posición ante Naciones Unidas al Ministerio de Transición Ecológica, al que tampoco envió copia de las cartas de Clavijo a la secretaria general de Cambio Climático de la ONU.
Contactado por este periódico, el presidente Fernando Clavijo ha negado haber frustrado la iniciativa del Cabildo de Gran Canaria para el establecimiento de un centro de Naciones Unidas contra el cambio climático: "Este Gobierno nunca ha vetado ni vetará acciones que vayan en favor del desarrollo sostenible de cualquier isla de Canarias. Este gobierno no frena iniciativas de otras administraciones. La lucha contra el cambio climático es tan importante que sobran las siglas políticas. Canarias cuenta con una comunidad investigadora de primer nivel internacional. Hay que trabajar con ellos y ellas para que lleguen soluciones directamente desde ellos. Lo que no puede pasar es que sigamos atomizando el sistema con más y más organizaciones. Dotemos de músculo científico a lo que ya existe y que produzca resultados. Pero siempre apostando por el rigor científico de investigadores avalados con formación académica".
Preguntado por las relaciones de su Gobierno con el Ministerio de Transición Ecológica, el presidente canario asegura que "actualmente con el trabajo que hacen las universidades canarias con el observatorio canario y con el comité científico de expertos, se ha trabajado para que Canarias camine en la senda que la comunidad científica considera más débil y así fortalece esos campos. En ese sentido, con el ministerio se trabaja técnicamente en muchas áreas que están directamente relacionadas con el cambio climático. De hecho, hace unos días, tras nuestra iniciativa la ministra acepta apoyar la red de observaciones ICOS para el dióxido de carbono, donde tenemos dos estaciones de referencia internacional".