Desconozco cómo va a acabar la campaña electoral de cara a las elecciones municipales del domingo, pero hay una circunstancia sorprendente que me intriga. Bueno, tampoco exageremos, que me invita a la curiosidad: la ausencia de líderes nacionales y regionales de los partidos, como si la Alcaldía de Valencia nada les inquietara.
Por orden, he de decir que es el mutismo de los dirigentes de Ciudadanos el que más me extraña. Hubiera apostado una paella por que Albert Rivera y especialmente Inés Arrimadas habrían reforzado sensiblemente a Fernando Giner, hasta dar la impresión de que ella era la candidata. Ni siquiera Toni Cantó ha intervenido.
En segundo lugar, creía que Pedro Sánchez, en plena euforia, se avendría a echar una mano a la aspirante socialista Sandra Gómez para facilitar la batalla por superar a Compromís en el caso de victoria por parte del frente de izquierdas. Tampoco Ximo Puig se ha distinguido con su aportación.
Ni siquiera Santiago Abascal, tan entusiasmado en la campaña del 28-A ha aparecido para apoyar al candidato de Vox, José Gosálbez, desconocido para la masa social.
Respecto a la ausencia de Pablo Casado, poco voy a decir. Las horas bajas que viven los populares por todas las tierras de la piel de toro, hacen dudar de las bondades que sus visitas pudieran acarrear. La candidata del PP, María José Catalá, parece no necesitar su ayuda. Así es la vida.
