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El ambiente desangelado en el Palacio reflejaba el estado de ánimo del
Real Madrid
después de la derrota en la Final Four. Sin apenas tiempo para lamerse las heridas, los blancos regresaban ayer a la competición con un partido importante ante el Valencia Basket en el que debían defender el liderato de la ACB a dos jornadas del fin de la fase regular. Una piedra en el camino que se le atragantó al equipo de Laso.
La depresión del fin de semana se alargó un cuarto y medio. Tardó el Real Madrid un mundo en entrar en calor y eso lo aprovechó el Valencia para tomar una ventaja importante en el electrónico. Fue Dubljevic el que aprovechó mejor esa tristeza inicial de los blancos, sumando con facilidad y dándole al conjunto naranja una diferencia notable (19-31, min. 12). Laso llamó a filas a sus hombres, tratando de cortar una sangría que amenazaba con acabar prematuramente con el partido. Los cambios le dieron un aire nuevo al Madrid. Llull y Ayón, dos de los señalados ante el CSKA,dieron la cara para liderar un parcial exprés de 15-0 que situó al Madrid por delante por primera vez (34-31, min. 16).
La reacción fue producto del orgullo. Un arreón de carácter que sacó a relucir las mejores virtudes del Real Madrid. Lanzamiento exterior, intensidad defensiva y velocidad de contragolpe. Las señas de identidad que el equipo perdió por momentos en Vitoria y que volvieron a aparecer ayer como si de repente se hubieran dado cuenta de la importancia del encuentro. De que la Liga era el único asidero posible para no quedarse en blanco esta temporada.
No volvió a aparecer la zozobra en el Madrid, que aún tuvo que pelear la victoria. El Valencia Basket, clasificado ya para cuartos y sin nada en juego, vendió cara su derrota. Al empuje de Dubljevic se subieron Will Thomas y San Emeterio, cuyo acierto llevó el choque equilibrado a los últimos minutos (71-68, min. 35).
Ahí, el Madrid no dudó. Se puso en manos del trabajo incansable de Rudy y de la intimidación de Tavares. De la puntería de Causeur (13 puntos) y de Taylor(16) –máximos anotadores del partido– y de la intensidad de Campazzo. Todos aportaron para asegurar una victoria que deja el liderato casi asegurado a falta de una jornada. La que los blancos disputarán este fin de semana en casa del GBC, ya descendido.
