El año pasado fue en Nigeria y esta temporada tocó en Jerusalén. El Atlético cierra su temporada con un amistoso que deja varias horas de vuelo en la plantilla y varios miles de euros en las arcas del club.
Con Griezmann en el banquillo y Diego Costa en el césped, regresaba después de su expulsión en el Camp Nou, comenzaba un partido gris en el que se notaba que solo un equipo quería jugar, el Beitar de Jerusalén que llenó los 30000 asientos de su estadio. Se adelantaron los israelís con un gol de Buzaglo antes del cuarto de hora e inmediatamente después una dura entrada dejaba fuera del partido a Diego Costa. Esguince de alto grado en su tobillo comunicaba el club.
Entraba Rodri por el hispanobrasileño y el Atleti pasó a controlar el juego. Tras el descanso Koke dejaba paso a Griezmann, los últimos 45 minutos del francés con la camiseta rojiblanca y también su último gol al transformar un penalty. Se fue el Atleti a por el partido, sin embargo en una contra se plantaron cinco jugadores frente a Thomas Partey, algo que cualquier otro día hubiera cabreado al Cholo, pero hoy no era un partido normal.
Se limitó a hacer algunos cambios, no metió ni a Godín ni a Juanfran y el partido murió como empezó, sin ninguna historia. Fin de temporada y fin de ciclo para un Atleti que el año que viene deberá reinventarse para seguir triunfando.
