El cine de Quentin Tarantino siempre se ha visto inmerso en una indiscutible estética poética. Por ello, no es de extrañar que sea precisamente hoy, 21 de mayo de 2019, el día en el que el célebre cineasta de Knoxville presente su nueva película, «Érase una vez en Hollywood» en el Festival de Cine de Cannes: el mismo lugar y el mismo día en el que, hace justamente 25 años, vio la luz por primera vez «Pulp Fiction».
Quentin Tarantino
Una decisión que nada tiene de casual y que, como todo lo relativo a sus películas, tiene mucho de voluntad de Tarantino. Hace un cuarto de siglo, el director disfrutaba del aplauso de la crítica tras el éxito de su opera prima, «Reservoir Dogs», su particular tributo al cine, cargado de referencias y matices de todas las obras que habían marcado su gusto por el Séptimo Arte y de sus experiencias de vida, en general. El éxito de la obra sigue siendo tal que, en los últimos tiempos, ha inspirado la exitosa serie española «La casa de papel», que triunfa en todo el planeta de la mano de Netflix y Atresmedia y que estrenará el próximo mes su nueva temporada.
Su gran trabajo con «Reservoir Dogs» abrió para Tarantino las puertas de Cannes de par en par. Ya respaldado por Harvey y Bob Weinstein (hoy denostados, pero que por entonces eran dos de los productores de moda), el director de Tennessee se coronó en el certamen francés y consolidó lo que había logrado con su primera película. Se llevó la prestigiosa Palma de Oro del Festival, aunque lo hizo con mucha controversia y división de opiniones al respecto de «Pulp Fiction», otra amalgama de homenajes, aunque totalmente diferente a «Reservoir Dogs».
Prueba de ello fue que, cuando Clint Eastwood, presidente del jurado, anunció su película como la ganadora del premio el 23 de mayo, el cineasta tuvo que interrumpir hasta en dos ocasiones su discurso a cuenta de los abucheos que recibió. «Mais quelle daube! Quelle daube! Quelle daube! Putain, fait chier!» (traducido al castellano como «¡Pero qué mierda! ¡Qué mierda! ¡Qué mierda! ¡Hay que joderse!) gritó una señora en francés, que esperaba que el premio fuese para Nikita Mijalkov con el aplaudido drama ruso «Quemado por el sol». Pero Tarantino, que subió al escenario en compañía de su entonces socio, Roger Avary, y de cuatro de los protagonistas de la cinta, Bruce Willis, John Travolta, Maria de Medeiros y Samuel L. Jackson, respondió a su manera. «No espero recibir premios en festivales, porque no hago cine para unir a las personas. Mis películas dividen», manifestó, después de sacarle el dedo corazón a la mujer que había gritado contra su película.
Un estilo inigualable
Una declaración de intenciones que esgrime a la perfección lo que ha sido el cine de Tarantino en los cinco lustros que han llegado desde entonces. «Jackie Brown», las dos partes de «Kill Bill», «Death Proof», «Malditos bastardos», «Django desencadenado» y «Los odiosos ocho» han dado continuidad a un estilo, el del director de Knoxville, que sigue siendo infranqueable y que terminó de asentarse aquel día de 1994 en Cannes. «La estructura del film, los diálogos banales pero cotidianos, la violencia desacomplejada y el sentido del humor lacerante hicieron de su director un referente instantáneo, uno de esos cineastas en los que los jóvenes aspirantes a directores querían convertirse, como pocas décadas antes había sucedido con Martin Scorsese o Steven Spielberg», define Jordi Picatoste en su obra «El efecto Tarantino, su cine y la cultura pop».
Cannes, así las cosas, fue el escenario que sobre el que Tarantino se asentó como uno de los mayores genios de Hollywood. Desde entonces, no se ha pervertido y nunca ha dejado de reinventarse. «Tarantino atesora muchísimas habilidades. Es un magnífico narrador, busca un cine que le divierta a él y a los demás, tiene frescura, descaro y hasta una reprochable falta de pudor en su trato de cuestiones tan cinematográficas como la violencia, el sexo o la honradez. Incluso cuando copia, lo hace con sello personal y suele mejorar a quien imita», opina Oti R. Marchante, crítico de cine de cabecera de ABC y que hoy, disfruta de la proyección de la obra en Cannes.
Con todo, la decisión de que «Érase una vez en Hollywood» se estrene precisamente este martes en el festival obedece a razones más que obvias. Las mismas que explican que, justo hoy, sea cuando haya visto la luz el segundo tráiler de la cinta. O que el filme vaya a estar protagonizado por habituales en sus películas, como Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, Tim Roth, Zoe Bell, Kurt Russell, Michael Madsen, Omar Doom y Bruce Dern. Porque en el cine de Tarantino, nada sucede por casualidad. «A Quentin (Tarantino) le gusta rodar con todo tipo de detalles. Construir paso a paso y luego, unirlo todo en su mente. Pero claro, luego ves las películas que terminan saliendo y el resultado final es muy sorprendente, inesperado», esgrimió a este medio el propio Kurt Russell al hablar sobre el esperado largometraje. Una definición perfecta de un estilo irrepetible, que nunca deja indiferente y que sigue arrasando por todo el planeta.