«El rechazo a la Ley Helms-Burton no puede ser solo contra uno de sus títulos, sino contra el cuerpo normativo completo», enfatizó el destacado intelectual cubano Ricardo Alarcón de Quesada, expresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, durante un debate efectuado con vecinos del Consejo Popular Centro, en el salón principal del Museo Ferroviario, de la calle Van Horne, en esta ciudad.
La Ley Helms-Burton es «un engendro diabólico, y aunque posee poca efectividad legal real «sí afecta las relaciones comerciales de Cuba con el mundo», reflexionó Alarcón, y seguidamente llamó a todo el pueblo cubano a estudiarla y a conocerla para no ser ni engañados ni manipulados.
Alertó a los medios de comunicación y al pueblo cubano a no dejarse confundir, porque el Título III de la Ley Helms Burton siempre existió, solo que a las administraciones anteriores de los Estados Unidos no les convino aplicarla en la práctica. La utilizaron más como chantaje político para intimidarnos. Este es un buen momento, reiteró, para repasar la Ley completa, la cual debe tener el rechazo de todos los pueblos del mundo, explicó Alarcón.
«Y es que la esencia de su cuerpo legal es que Cuba les pertenece; por eso nuestro rechazo no puede ser solo contra un título, sino contra el cuerpo normativo completo», expresó.
Rodolfo Dávalos Fernández, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Mercantil, quien también participó en el diálogo abierto con más de 300 vecinos agramontinos, explicó que esta ley tiene como objetivo principal derrocar a la Revolución Cubana y «llevar al pueblo cubano al hambre y la desesperación».
Dijo Dávalos Fernández que cualquier estado en el planeta legisla sus leyes para su territorio y para quienes lo habitan; incluso las dictaminan para que sus habitantes y los extranjeros se subordinen a estas. «Sin embargo —añadió—, ninguna nación puede dictaminar leyes para otros territorios del mundo. Ese derecho solo se lo atribuye Estados Unidos».
En esa misma línea de pensamiento la joven abogada Dainelis Estévez coincidió en que la mejor manera para combatir la ignorante ley es conocerla, estudiarla y hacerla viable a los niños desde lo jurídico.
Desde la provincia de Camagüey, al Presidente de los Estados Unidos: señor Trump, no nos entendemos cuando de la Ley Helms Burton se trata.
Y acentuó: «De Cuba no tendrán nada, ni un pedacito de cielo, mar, tierra, ni ninguna propiedad, porque todo es del pueblo».
En tanto, el historiador Fernando Crespo exhortó a no olvidar la historia de Cuba, y en especial el legado de los próceres, quienes «ante las adversidades se alzaron por encima de estas con coraje, vergüenza y dando batalla».
Igual de contundente fueron las palabras del humilde trabajador Ángel Aguilera Zayas, cartero de profesión durante 49 años: «No soy “muy leído”, como decimos aquí en el barrio, pero tengo patria libre, escuelas, hospitales, tranquilidad y trabajo seguro, al igual que toda mi gente. Vuelvo con el pensamiento al pasado y comparo, y es por eso que les digo a los yanquis lo mismo que dijo en su poema el Poeta Nacional Nicolás Guillén: “Tengo, vamos a ver, tengo lo que tenía que tener”… Por ese “tengo” lucharíamos hasta la muerte si fuera necesario. Quien quiera algo de Cuba, que venga a buscarlo, que nosotros le daríamos una buena dosis de ese poema que gusta a tantos».
