El borrador del Plan Integral Nacional de Energía y Clima de España ha sido calificado como el mejor de la UE, según un informe de la Fundación Europea del Clima, aunque no va a permitir lograr alcanzar el objetivo de emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) en el año 2050.
Así lo recoge un estudio de dicha organización no gubernamental, titulado 'Planificación para emisiones cero. Evaluación de los proyectos de los planes nacionales de energía y clima', en el que han participado diversos expertos de estas entidades de ámbito comunitario.
El estudio da una calificación de 52,4 puntos sobre un total de 100 al borrador del PINEC de España. Le siguen Francia, con un 46,9; Grecia, con 44,2 y Suecia, con un 42,8 de puntuación. A la cola están Eslovenia, con una puntuación de 3; Eslovaquia y Alemania, con 12,5 puntos y Bulgaria, que obtiene una puntuación de 14,6. La media del bloque europeo en esta valoración es de un 29 sobre 100.
El informe ha analizado el nivel de ambición, el nivel de detalle de las políticas y medidas descritas y la calidad y el carácter inclusivo del proceso de redacción.
Estos borradores serán calificados el próximo mes de junio por la Comisión Europea, que emitirá también un conjunto de recomendaciones a los países. El actual informe valora que a pesar de esta imagen «insatisfactoria», los planes siguen siendo «borradores» y asegura que «todavía hay tiempo para hacerlo bien», ya que hasta final de año los Estados miembro tienen plazo para presentar la versión definitiva de sus planes de descarbonización junto con su estrategia nacional a largo plazo.
Por ello, la entidad insta a los países a aprovechar el tiempo para lograr planes climáticos «coherentes», con su debida consulta pública, y garantizar la seguridad de las inversiones para lograr beneficios económicos y sociales de una transición hacia una economía con emisiones cero de carbono.
Acuerdo del Clima
De momento, añade que «ninguno» de los planes está «a la altura de las ambiciones» establecidas por la Unión Europea y por el Acuerdo del Clima de París, que han firmado la UE y sus Veintiocho miembros.
Entre los principales obstáculos que ha analizado esta evaluación figuran los planes «limitados» para eliminar de forma gradual el carbón, los subsidios a los combustibles fósiles, pocas indicaciones sobre las inversiones necesarias, un uso excesivo de biomasa insostenible, una consulta pública inadecuada, y la carencia de una intención clara de llevar a cero emisiones en 2050.
El documento incluye también buenas prácticas en los proyectos de planes que pueden inspirar a responsables políticos nacionales y de la UE a adoptarlas en sus planes.
Respecto a España, el trabajo de los expertos del Ecologic Institute y Climact califica el PINEC como «el mejor» de la UE, ya que es el único que ha obtenido un aprobado, al lograr un 52 por ciento de los puntos disponibles, frente a la media de los Veintiocho, que se queda por debajo del 30 por ciento.
La directora ejecutiva de European Climate Foundation, Laurence Tubiana, ha manifestado que los planes climáticos nacionales son «una oportunidad para pensar» en el futuro de los países en los próximos 10, 20 y 30 años. «Los países de la UE pueden decidir arriesgarse a perder una década de inacción climática o asegurar que las inversiones y políticas adecuadas estén en marcha para cosechar los beneficios económicos y sociales de una transición a una sociedad con emisiones netas cero», ha señalado.
Por su parte, la investigadora principal del Real Instituto Elcano Lara Lázaro ha destacado que el PNIEC de España debe ser «elogiado» como una hoja de ruta «omnicomprensiva hacia la descarbonización». «Sin embargo, su primer puesto en el ranking de los PNIEC europeos de European Climate Foundation no debería ser motivo para la autocomplacencia», advierte la investigadora que recuerda que algunas de las cuestiones pendientes son la ausencia de un comité científico independiente, la falta de presupuestos de carbono, si se pueden cumplir los objetivos de eficiencia energética y si será posible movilizar más de 200.000 millones de euros durante la próxima década.
Mientras, el director de la Climate Action Network (CAN) Europe, Wendel Trio, ha manifestado que cada vez más Estados miembro de la UE se dan cuenta de que la emergencia climática requiere planes ambiciosos para el futuro. «Los planes climáticos nacionales son un elemento clave para la transición hacia una energía limpia, que ahora debe funcionar a toda velocidad para que el bloque europeo pueda reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero e impulsar el ahorro de energía y las energías renovables para 2030. Cuanto más descarbonizadas sean las economías europeas para 2030, más probable será que la Unión Europea pueda contribuir a los objetivos del Acuerdo de París y prevenir un cambio climático peligroso», ha manifestado.
Por su parte, Julien Pestiaux, uno de los autores del estudio alerta de que el trabajo muestra que los Estados miembro de la UE «claramente no están en línea con la trayectoria» de conseguir emisiones netas cero en 2050 «ni con ninguno de los hallazgos científicos del informe 1,5ºc del IPCC».
«Con algunas excepciones notables, también muestran poca ambición y concreción a la hora de alcanzar sus objetivos en materia de energías renovables y eficiencia energética, y se quedan cortos a la hora de apoyar adecuadamente la transición climática y energética que se requiere en Europa», concluye.