Si bien puede existir mucha conciencia acerca de las bondades de las llamadas energías verdes, en relación al otrora llamado “oro negro”, este último sigue imperando en el mundo, lo cual puede ser por el fuerte valor económico que tiene el petróleo todavía.
Estoy cierto que no estoy diciendo nada nuevo, pero si quiero comentar que al menos en nuestro país, el empuje que se le estaba dando a las energías verdes, que por poco o mucho que fuera; parece ser que ha quedado fuera del radar del gobierno federal actual, que tiene como uno de sus principales proyectos la refinería Dos Bocas en Tabasco.
En los primeros cinco meses de la actual administración ha reiterado su interés en construirla, a pesar de los altibajos que se han presentado por sus posibles constructores y el presupuesto para su elaboración.
Si bien es muy loable el querer incrementar la producción de petróleo y de todos sus derivados, y que con ello el país pueda de nuevo colocar entre los grandes productores y refinadores, parece ser que el futuro ya nos alcanzó, ya que el futuro al menos en el mediano plazo, plantea un horizonte diferente en el cual el petróleo va de salir y se está incrementando el uso de las llamadas energías limpias.
Los adultos y los miembros de la tercera edad actuales seguimos viendo el petróleo y sus derivados como algo natural, y que toda nuestra vida ha sido así; sin embargo, para los jóvenes y niños, o en términos generales para los nacidos en este siglo XXI, el ya mencionado oro negro ya no es una alternativa energética, lo ven como algo sucio y por ello contaminante.
Queriendo o tal vez sin querer, se les está educando en términos ecológicos, algo que no se hizo a quienes venimos del siglo pasado, ya tienen otra forma de ver el entorno ambiental, es más, ya lo ven, se les ha enseñado a verlo, algo que no se hizo con los Millenials ni con los anteriores.
Si las generaciones de nuestros padres y abuelos no consideraron las consecuencias ambientales de su proceder que ahora están afectando, ya fuera por ignorancia, inocencia o indolencia, los adultos del ahora tienen mucho que aprender para no volver a cometer los mismos errores.
Claro ejemplo de lo anterior es la drástica contingencia ambiental que empezó a vivir la Ciudad de México la semana pasada; ahora no se debe ignorar o minimizar esa situación y evitar en lo posible que se repita en cualquier ciudad del país, algo que compete a la población, al sector productivo, y también a todos los niveles de gobierno para generar los estímulos necesarios para utilizar las energías alternas.
Es cierto que en el pasado se cometieron muchos errores, pero creo que eso no justifica para que en el presente y futuro se repitan; estamos en el momento de la gran disyuntiva, y es la responsabilidad de los gobiernos y empresarios hacer lo necesario para que ya no se repitan los graves problemas de contaminación antes señalados; eso no se resolverá con discursos, sino con acciones concretas y aplicables en el presente.
Seguiremos platicando …..
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