En Navarra la unidad del centro-derecha dio resultado el pasado 28 de abril para ganar las elecciones generales frente a la izquierda y los populistas. En esta Comunidad, la plataforma Navarra Suma, que integra a UPN, PP y Ciudadanos, ganó con un 29,32 por ciento de votos. «La suma funciona», ha subrayado Casado, que ha viajado a Pamplona este primer lunes de la campaña electoral de las municipales, autonómicas y europeas.
En una intervención en la capital navarra, el líder del PP ha pedido al centro-derecha que no puede volver a «equivocarse», porque cuando van unidos pueden actuar como «dique de contención» de la izquierda, los populistas y los batasunos.
Casado ha intervenido junto a la Avenida del Ejército, una calle que el alcalde de Bildu, Joseba Asirón, ha cambiado de nombre hace pocos días porque ese no le gustaba demasiado, y la ha bautizado como calle de Catalina de Foix. Bildu tiene la Alcaldía de Pamplona pese a perder las elecciones municipales de 2015, que ganó UPN. La división del voto del centro-derecha en aquellas elecciones permitió ese gobierno de los batasunos. Ahora, en las próximas elecciones, el centro-derecha ha aprendido la lección y se presenta unido en la candidatura de Navarra Suma.
«Nuestro proyecto es de suma, donde nos hemos puesto de acuerdo hemos ganado», ha remarcado Casado, para incidir en la importancia de que la unificación de un espacio político dividido en el conjunto de España.
El presidente del PP ha pedido a los políticos de centro-derecha, no a los votantes, que no vuelvan a equivocarse con su división, y ha recordado que él propuso a Ciudadanos listas conjuntas en las pasadas elecciones generales, y el partido de Rivera lo rechazó de plano. Casado resaltó que se trata de candidatura «de unión, moderación y eficacia en la gestión».
Casado ha dado un largo paseo por el centro de Pamplona y se ha detenido en un bar en plena calle Estafeta para tomar el aperitivo, antes de proseguir su campaña electoral, que le lleva esta misma tarde a Logroño. El paseo ha transcurrido con normalidad, entre algunos aplausos, gritos de ánimo, «aúpa, Casado», y algún insulto aislado.
