Con 1,6 millones de habitantes y 30 millones de turistas al año, la ciudad sufre una crisis de vivienda
Llevan cuatro años, y cuatro manifestaciones, protestando porque, dicen, “Barcelona no está en venta”. Ese es además el nombre de la coordinadora de unas 50 entidades de toda la ciudad que denuncia el encarecimiento del precio de la vivienda que está expulsando a vecinos de sus barrios; la presión turística que ya ha saltado del centro hacia otras zonas; la invasión del espacio público; las consecuencias de la economía de plataforma (Airbnb, Uber, Glovo...) y el capital inversor; o la precarización del empleo en la ciudad. El pasado sábado celebraron la cuarta protesta por el centro. Al terminar la marcha, un grupo de manifestantes tendió camas y colchones en la Gran Via, que quedó cortada unas horas.