La presbicia, o vista cansada, es la pérdida de la capacidad para enfocar objetos cercanos. Se trata de un proceso natural del ojo debido al deterioro que sufre con la edad su lente natural, el cristalino, que se vuelve más rígido, por lo que pierde capacidad de enfoque.
A pesar de ser una patología de alta prevalencia al superar los 40 o 45 años, el 55% de las personas mayores desconocen el concepto de «presbicia» y aseguran que se trata de «no ver bien de cerca», según datos extraídos del I Estudio sobre el conocimiento de la Presbicia en España 2019 elaborado por Clínica Baviera.
La compañía oftalmológica ha recogido una serie de pautas con las que pretende dar a conocer sus síntomas y posibles tratamientos:
-Sensación de falta de luz cuando se lee. Es habitual que, aunque haya buena iluminación, las personas que empiezan a perder visión sientan que ésta es insuficiente para realizar tareas cotidianas como leer. En concreto, el 78% de las personas mayores de 40 años con presbicia reconoce que siente dificultad para ver letras pequeñas.
-Dolor de cabeza. Es uno de los principales síntomas ante cualquier problema de visión, pero en el caso de la presbicia se produce por el sobre esfuerzo que debe realizar el ojo.
-Fatiga visual. Este sobreesfuerzo genera que los ojos se cansen más y más rápido. De hecho, el 21% de las personas con esta afección asegura que es uno de sus principales problemas.
-Necesidad de alejar los objetos para verlos mejor. El tradicional gesto de alejar la pantalla del móvil es otro de los principales indicativos, y es que el 54% de las personas que la padecen suelen hacerlo para intentar mitigar la falta de elasticidad del cristalino y así ver mejor.
En cuanto a los métodos de corrección de la presbicia, según explican los oftalmólogos de Clínica Baviera, la opción más habitual es la del uso de gafas, empleada por 9 de cada 10 personas con presbicia, aunque también existen técnicas quirúrgicas muy efectivas para tratarla.
El procedimiento quirúrgico más común es la sustitución del cristalino envejecido por una lente intraocular multifocal que hará su función y que permite que el paciente pueda enfocar a varias distancias (lejana, intermedia y cercana) sin depender de las gafas de cerca.
El especialista es quien realizará un exhaustivo estudio oftalmológico para determinar qué posible solución es la más adecuada.