En México existe una preocupación muy fuerte por saber si los mexicanos estamos ahorrando lo suficiente para el retiro. Por desgracia, la evidencia empírica de diversos estudios académicos demuestra que no. El modelo propuesto por Modigliani (1986), conocido como Life Cycle Hypostesis of savings (LCH), es utilizado para predecir el comportamiento que los individuos tienen en relación al ahorro. En su forma más simple, el LCH asume que las personas racionales ahorrarán durante su vida laboral activa para poder des-ahorrar en su fase de retiro, con la intención de mantener un mismo nivel de consumo en ambas etapas de la vida. El principal problema radica en que la mayoría de los mexicanos carecemos de la racionalidad expuesta en el LCH, en otras palabras, nuestra realidad nos impide cumplir con lo establecido por el modelo. Algunas razones son: bajo nivel de ingreso, pobre nivel educativo, poca cultura financiera, informalidad y el dinamismo que existe entre los empleos formales e informales, además de la falta de portabilidad entre los diferentes esquemas.
Por lo anterior, se justifica totalmente que el Estado sea el rector y el proveedor de un sistema público de pensiones obligatorio, que desafortunadamente apunta exclusivamente a los trabadores formales de los sectores público y privado. A pesar de los esfuerzos realizados por el gobierno y de las reformas de fondo que se llevaron a cabo en los sistemas de pensiones del IMSS (1997) y del Issste (2007) y que solucionaron el problema de la sustentabilidad financiera, hay dos indicadores que muestran un panorama muy preocupante. El primero es el índice de cobertura que la mayoría de los estudios sitúa en alrededor de 35% (lo que implica que 65% de la población no tendrá derecho a recibir una pensión). El segundo es la tasa de reemplazo que recibirán los empleados que forman parte de ese 35%, que en el mejor de los casos, será de entre 30% y 40%. Es muy importante conocer que lo que recibirás como pensión (tasa de reemplazo) será consecuencia directa de varios factores como son:
el monto de las contribuciones, el nivel de salario, los rendimientos y las comisiones de la AFORE, y el tiempo de contribución. Si somos conscientes de lo anterior ¿Por qué no se realiza un mayor ahorro voluntario para el retiro? Es muy alarmante que en 2018 las contribuciones voluntarias sean apenas 1.8% del total (RINF 2018). Me parece que en la mayoría de los casos la explicación no se relaciona exclusivamente con el bajo nivel de ingresos. Te invito a que lo medites.
Federico D'Kuba es profesor del IPADE
Bussines School