El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó las cifras a febrero de la inversión fija bruta la cual registró una caída de dos por ciento anual. Al interior destaca la fuerte contracción de la inversión en maquinaria y equipo, en 4.8 por ciento anual. En los primeros dos meses del año este rubro presenta una disminución de 2.4 por ciento anual.
Por otro lado, la inversión en construcción no tuvo crecimiento. Contrasta que mientras que la inversión residencial creció 0.8 por ciento, la no residencial (muy relacionada con la inversión pública) cayó 0.9 por ciento anual.
Con cifras ajustadas por estacionalidad, la inversión se contrajo 2.5 por ciento de enero a febrero. Al interior, tanto la inversión en construcción como la de maquinaria y equipo cayó 2.5 y dos por ciento mensual, respectivamente.
Cabe resaltar que mientras la inversión directa está cayendo, la de cartera continúa creciendo, y explica en gran medida la apreciación del tipo de cambio que se ha observado hasta el momento.
El mercado accionario mexicano resulta muy atractivo ya que los múltiplos son bajos (las acciones son baratas) comparadas con otros mercados similares. Por otro lado, las tasas de interés de los bonos son muy atractivas, por encima de ocho por ciento, lo cual presentan opciones de obtener rendimientos atractivos de corto plazo.
Sin embargo, es importante contrastar la relevancia entre la inversión directa y la de cartera. Para que una economía crezca (sobre todo en el largo plazo), es importante aumentar la capacidad productiva de la misma, es decir, su inversión productiva.
El crecimiento potencial, de largo plazo, está relacionado con la inversión directa la cual está cayendo fuertemente, y es por ello, que se ha revisado recientemente el crecimiento a la baja. Algunos factores que están contribuyendo a ello son las políticas del gobierno federal como la cancelación del NAIM y la cancelación de subastas del sector energético. Esto está desalentando la confianza de los inversionistas. Aunado a eso, las altas tasas de interés están encareciendo a la inversión doméstica.
Por último, el entorno externo de mayor aversión al riesgo, principalmente por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, está perjudicando el apetito al riesgo.
Así, hacia adelante es muy importante recobrar la confianza de los inversionistas para detonar la inversión. El cancelar proyectos, sobre todo de largo plazo, intermitentemente no es una buena idea para generar certidumbre. Sobre todo, en el sector energético, sector que explica casi el 20 por ciento de la inversión extranjera directa total.
El autor es director general y fundador de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas en EGADE Business School. Cuenta con una maestría en Economía Financiera y doctorado en Finanzas, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.
Opine usted: jgarzagg@gmail.com
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.
