Recibió Henche al primero de Gabriel Rojas con ceñidas verónicas antes de intentarlo someter con la muleta, sin demasiado éxito. Tras varios descabellos su labor resultó silenciada. Tampoco estuvo afortunado con los aceros en el cuarto, de poca condición y al que dosificó sin demasiado éxito. Silencio.
A suplir al segundo (devuelto) tuvo que salir el quinto, noble y de cara imponente y al que poco se le exigió en el caballo. El propio novillero Juan Carlos Benítez fue el encargado de protagonizar un lucido tercio de banderillas destacando un gran par al violín. Meritoria fue su faena de muleta, demostrando virtudes como la quietud y el compromiso, ligando pases para que la tarde subiese de intensidad. Tras una espada baja saludó a los tendidos. Poco le permitió el quinto, sobrero de la ganadería de Los Chospes, con el que se esforzó de nuevo con los rehiletes y lo intentó por ambos pitones, algo que a pesar de la nula colaboración de la res agradeció el público obligándole así a saludar de nuevo.
Importante fue el tercero, que se arrancaba desde lejos, condición que aprovechó Cristian Pérez para citarlo en los medios y apurar sus entregadas embestidas. Dejó derechazos con brillo pero sin poder extraer todo lo que tenía su oponente, al que mató de estocada tras un pinchazo. Saludos. El sexto vino a confirmar la buena, que no fácil, novillada de Rojas. Con ceñidos cambios por la espalda calentó los tendidos y destacaron las tandas por el derecho. Exprimió Cristian las opciones del animal, terminando la faena pase a pase y poniendo el broche con bernardinas, momento en el sufrió una fea voltereta de la que resultó ileso. Tras estocada baja el público madrileño le concedió la vuelta al ruedo.
