«Como decía mi abuelo, aquí estoy para oír, ver y callar». La frase no es del Feliciano López tenista. Es del Feliciano López director del Mutua Madrid Open. Su raqueta es la única que ha estado en las 17 anteriores ediciones del torneo. En ésta se estrena como director y se le ve encantado. Es el anfitrión y presume de torneo: «No hay ninguno parecido a Madrid. Aquí se han hecho muchas cosas diferentes, se ven cosas que no hay en otro lugar y en el trato a los jugadores somos los mejores. La comida, el servicio de transporte... Todo funciona muy bien. Los jugadores son gente especial y en algunos casos, impaciente, pero es que aquí sólo recibo felicitaciones por las pistas de tierra, lo bien cuidadas que están, no hay un mal bote, la tierra no se seca... Cuidamos a los jugadores como nadie y eso que los tenistas, a veces, somos un poco egoístas. Y no sabemos la cantidad de cosas y de esfuerzo que se gasta para que esté todo perfecto cuando llegamos aquí. Hay casi 50 personas trabajando todo el año para que la pista esté perfecta, el vestuario, la comida sea la mejor, el coche te esté esperando y no pierdas tiempo...».
Quitando tiempo de donde no lo tiene, Feliciano sigue cogiendo la raqueta. Cuando acabe la próxima semana sus planes incluyen competir en Ginebra y en Roland Garros, pero ahora está a otra cosa. Está pendiente de Djokovic, Nadal, Federer, Garbiñe... «Tener al ''Big 3'' en una misma semana se da en muy pocas ocasiones, es una oportunidad única porque son los tres mejores jugadores de la historia y están aquí. Juegan muy poco juntos y veo difícil que vuelvan a coincidir en otro Masters 1.000. Cuando no estén vamos a sentir un pequeño vacío. Por estilo de juego, por personalidades, son tres tenistas muy diferentes en todo», asegura. El número uno del serbio, el regreso de Federer, las incógnitas en torno a Rafa... «Ojalá sea una buena semana para él porque Rafa es el jugador más importante de la historia del torneo. Espero que sea el principio de una temporada llena de éxitos. Y la presencia de Federer es la mejor noticia que nos podía llegar después de cuatro años sin venir. Los jugadores que tenemos una edad podemos decidir a qué torneos vamos sin que la ATP nos multe o nos sancione y él ha elegido Madrid. Estamos superagradecidos», comenta.
En el nuevo Feliciano y en su cambio de rol hay una figura clave: Manolo Santana. «Manolo me ha dicho que me prepare porque esto es más duro de lo que parece. Le conozco desde niño porque estuvo siempre preocupado por mi carrera. Hizo llamadas a mi padre y ha habido una relación muy estrecha. Hace 17 años me dio una invitación para poder jugar en Madrid cuando el torneo todavía se celebraba en el Rockódromo. Lo que pasó aquella semana me hizo sentir que podía ganarme la vida con esto y que podía ser un buen jugador. Gané dos partidos y luego llegó el día histórico con Agassi. Manolo tiene un don de gentes único, es innato, es alguien muy especial. Es presidente del torneo y embajador de por vida... no se puede tener un mejor maestro que él. No oirás a nadie que hable mal de él», dice.
Feliciano no descarta seguir formándose «porque aquí hay un gran ambiente de trabajo, los departamentos están muy bien coordinados y hay mucha gente brillante. Los jugadores me ven como alguien cercano y, aunque alguno no entienda un no por respuesta, me ven como un colega con el que hay más cercanía. Yo intento aportar en el tema de los horarios, pero en el equipo del torneo hay más gente capacitada para ello».
Y sobre el futuro, que nadie se preocupe por ahora. «La renovación para su continuidad en Madrid se va a producir en breve. La relación del torneo con la ciudad y el Ayuntamiento es magnífica y las cosas van por muy buen camino».