Pablo Ca
sado siempre ha tenido el tiempo en contra. Recién llegado a la presidencia del partido, afrontó sus primeras elecciones generales como candidato. Tras el hundimiento en las urnas, apenas ha tenido tiempo para reaccionar y ya tiene su segunda prueba de fuego a la vuelta de la esquina, con las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. En su equipo lamentan que se le exija en diez meses lo que sus predecesores tardaron años en conseguir. Sea como fuere, los conatos de rebelión interna que han surgido esta semana por el desplome electoral pueden quedarse en una broma si el desastre se repite el día 26. Hasta ese momento, los dirigentes territoriales del PP han optado por cerrar filas en torno al líder nacional y abrir una tregua interna, con un mensaje de unidad y fortaleza pese a todo. Los barones también se la juegan, y no quieren dar ni media alegría a sus adversarios.
Fuentes territoriales consultadas por ABC aseguran que ahora mismo no hay ninguna intención de ajustar cuentas dentro del partido. No hay tiempo para ello. «El objetivo de todos es levantar el partido de la situación en la que está». Eso sí, uno de los barones asegura que fían «todo» al 26 de mayo. Si el desplome se repite, la tregua habrá terminado.
Desde Génova también se ha hecho un llamamiento a la unidad, a mantenerse como una piña en un momento muy delicado dentro del partido, para no dar más ventaja al PP. Apenas han tenido tiempo de hacer un análisis certero de las causas del fracaso del 28 de abril, pero lo que se ha sacado en limpio es que se cometieron «errores» en los mensajes, y que ahora más que nunca hay que identificar al PP como el centro. «Centrados en tu futuro», es el lema de la nueva campaña, aprobado unas horas después de la derrota del 28-A. La autocrítica no ha ido mucho más allá de reconocer que ha habido equivocaciones, pero sigue faltando que sepan realmente en qué lo han hecho.
En la reflexión interna y en el ejercicio de autocrítica que se intenta hacer en la séptima planta de Génova estos días no entra en absoluto ni una duda sobre el liderazgo de Casado. Parten de la base de que 3,5 millones de votos no se van del PP en nueve meses. Es decir, miran la etapa de Rajoy como principal responsable. A su juicio, a la nueva dirección le ha tocado sufrir ahora las consecuencias de esa etapa.
«En nueve meses es una broma plantearse el liderazgo de Pablo Casado», advierten en su entorno. La tregua que piden hasta el 26 de mayo no incluye en absoluto un debate sobre la continuidad o no del presidente del partido, sino sobre el debate y las críticas internas que salieron a la luz desde la misma noche electoral.
Más renovación
En la dirección nacional del PP creen, además, que el 26 de mayo se la juegan todos los barones territoriales, porque las elecciones son locales y autonómicas. En Génova no se descarta una nueva fase en la «renovación» del partido tras esas elecciones. Sería el momento oportuno para relevar a dirigentes territoriales que no consigan un buen resultado y dar entrada al «nuevo PP» de Casado, que sigue pensando que su etapa acaba de empezar y no se le puede juzgar por unas primeras generales celebradas a los pocos meses de llegar.
El líder del PP se siente apoyado por sus barones, y no dudó ni un instante cuando Feijóo le invitó a la romería gallega para hacerse una foto de unidad que dada la situación valía su peso en oro.
La campaña de los populares será claramente diferente a la de las generales. «Centraremos el discurso en lo que preocupa a la gente», afirman los populares. «Ahora toca ganar y adaptar el discurso a lo local y autonómico. Tenemos que hablar más de lo que sabemos hacer, que es gestionar», señalan fuentes territoriales. Esa es la crítica que hacen antiguos dirigentes del partido: «Se ha hablado muy poco de una gestión que sacó a España de la peor crisis».